La yerba mate, un símbolo tradicional de la cultura argentina, enfrenta una de sus peores crisis en el mercado interno.
Entre enero y noviembre de este año, las ventas en el mercado interno llegaron a 238,04 millones de kilos, muy por debajo del promedio quinquenal de 270 millones de kilos. Incluso considerando los datos faltantes de diciembre, es improbable que se alcancen los niveles registrados en 2020, cuando se contabilizaron 269 millones de kilos, entonces el peor año en términos de consumo.
Producción récord y precios en caída
Mientras el consumo cae, la producción de yerba mate alcanzó un récord histórico. Hasta el tercer trimestre de este año, la cosecha anual fue de 968,2 millones de kilos, lo que representa un aumento del 25% respecto a los 774,5 millones producidos en 2023. Este crecimiento, sin embargo, ha generado un exceso de oferta en un mercado interno deprimido.
La situación se agravó tras la decisión del Gobierno nacional de retirar al INYM la potestad de fijar precios de referencia, lo que desató una drástica caída en el precio pagado a los productores. A principios de año, el kilo de yerba se pagaba alrededor de $450, pero actualmente ronda los $200, dejando a los yerbateros en una situación económica crítica.
Exportaciones: un leve alivio
A diferencia del mercado interno, las exportaciones de yerba mate han mostrado un desempeño positivo. Hasta noviembre, los envíos a mercados externos sumaron 41,2 millones de kilos, y de confirmarse los datos de diciembre, podrían marcar uno de los mejores años en exportación desde 2020. Sin embargo, este aumento no logra compensar el desplome del consumo doméstico, que sigue siendo el principal motor de la industria.
Un futuro incierto para la industria
El desequilibrio entre la producción récord, la caída del consumo interno y los precios en descenso plantea serios desafíos para el sector yerbatero. La falta de un precio de referencia estable y la incapacidad del mercado interno para absorber la producción dejan a los productores en una posición de extrema vulnerabilidad, pese al leve alivio que ofrecen las exportaciones.
La yerba mate, un pilar cultural y económico en Argentina, se encuentra en un momento crítico que exige medidas urgentes para reactivar el consumo interno, estabilizar los precios y proteger a los productores, quienes son el corazón de esta industria histórica. Sin acciones concretas, el futuro de este ícono nacional podría estar en riesgo.