El juez a cargo del proceso de quiebra, Fabian Lorenzini, decidió rechazar tanto la oferta de pago presentada por la empresa Vicentín como las objeciones planteadas por varios de sus acreedores, incluyendo el Banco de la Nación Argentina (BNA), Commodities SA, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el Banco de la Provincia de Buenos Aires (BPBA) y el Banco de Inversión y Comercio Exterior SA (BICE).
Este fallo del magistrado ha desencadenado la aplicación de la figura conocida como "Cromdown", lo que inevitablemente lleva a la empresa hacia una quiebra inevitable debido a la ausencia de alternativas viables que permitan mantener su operación. Lorenzini ha ordenado que los actuales directores de la empresa continúen al mando de la misma.
Anteriormente, la compañía había decidido suspender sus operaciones durante un período de seis meses y mantener un personal mínimo para garantizar el mantenimiento de sus instalaciones. La decisión del juez ha generado preocupación e incertidumbre entre los trabajadores.