De acuerdo a lo publicado, la cantidad de vacunos en stock al cierre del año pasado totalizó 52.783.892 de cabezas, lo que representa 1,5 millones de animales menos o una merma del 2,7% respecto de los N 54.242.595 vacunos registrados un año atrás.
Comparado con los datos a diciembre de 2022, todas las categorías sin excepción registraron caídas. En número de cabezas, las categorías que más perdieron fueron vacas con 600 mil cabezas (-2,6%) seguida por terneros con 444 mil cabezas menos (-2,9%), vaquillonas 314 mil (-4,1%) y en menor magnitud los machos tanto novillos como novillitos, cayendo en 51 mil y 41 mil cabezas, respectivamente proporción que en el caso de novillos representa un 2,2% de retracción anual contra menos del 1% en novillitos.
No obstante, aun asumiendo esta pérdida, podríamos decir que a pesar de la drástica sequía sufrida el año pasado, la caída en número de cabezas fue menor a la esperada inicialmente.
Tal como se precisó, una de las categorías más afectadas por esta situación fue la de vacas, donde las mermas registradas ascienden a casi 600.000 cabezas tras pasar de algo más de 23 millones de vientres a fines de 2022 a 22,4 millones en el último recuento.
Este es quizás el dato más esperado puesto que el número de vacas enviadas a faena durante el 2023 se vio incrementado en 570 mil cabezas, alcanzando un récord de casi 3 millones vacas faenadas en todo el período, el registro más alto desde la última gran liquidación de 2009 (3,175 millones).
Las provincias que más vacas perdieron, en relación a su inventario fueron Santiago del Estero (-5,8%) y Córdoba (-5,3%), seguidas por Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe entre 3% y 4% así como Buenos Aires y La Pampa, registrando caídas en torno al 2,5%, aunque con fuerte incidencia en el promedio general.
Sin embargo, en este contexto, un dato alentador es la cantidad de terneros logrados por vaca en stock. A nivel país, el resultado del stock de terneros/as arrojó unos 14.685.000 cabezas, apenas un 2,9% inferior al dato de 2022, cuando inicialmente la pérdida proyectada llegó a estimarse en torno al 10% del stock inicial.
En efecto, si analizamos la relación entre la cantidad de terneros logrados en 2023 sobre la cantidad de vacas en stock a inicios del ciclo (stock final 2022), el porcentaje se sitúa en el 63,8%, resultando ligeramente superior al 63% promedio en el que se había estancado este indicador en los últimos 10 años, hasta lograr el récord registrado en 2022. En definitiva, se trata del segundo mejor dato en 15 años luego de 66,7% alcanzado durante el ciclo previo, lo que pone de manifiesto la importante mejora lograda en la eficiencia reproductiva de los rodeos.
El dato no es menor puesto que esta mejora en la eficiencia reproductiva del rodeo nacional permite elevar el nivel de faena de hacienda sin comprometer significativamente el número de animales en stock. Esta relación entre la faena y el stock se conoce como "porcentaje de extracción" el cual, por años, debido al estancamiento en el porcentaje de terneros logrados, debía ajustarse a un delicado equilibrio de apenas el 24% del stock nacional; excedido dicho porcentaje, se veía resentido el número de animales al final del ciclo.
Ahora bien, el crecimiento que se ha visto en la faena en los dos últimos años elevó significativamente este porcentaje de extracción trepando al 26,8% en el último año con una faena de 14,6 millones de cabezas. Sin embargo, la mejora lograda en eficiencia reproductiva permitió compensar esa mayor extracción con un mayor número de terneros logrados, amortiguando así el efecto extractivo sobre stock nacional, aun en un contexto de severa sequía como la registrada durante el último año.
El desafío para el presente ciclo es lograr aumentar nuevamente el nivel de producción de terneros por vientres en stock de modo tal de conseguir, con una menor faena mediante, una ligera recuperación del stock nacional.