El sector frutícola de Chile está siendo golpeado duramente por una tormenta que ha generado estragos en el centro sur del país. Jorge Valenzuela, presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), ha proyectado que los daños causados por el sistema frontal podrían resultar en pérdidas iniciales de al menos 400 millones de dólares. Esta cifra tiene en cuenta los terrenos inundados, el desbordamiento de ríos y otros efectos del temporal.
Valenzuela compartió esta preocupante estimación durante la Convención de Fruittrade, que se llevó a cabo en Santiago. Sin embargo, esta cifra se limita a las zonas afectadas en las etapas iniciales del temporal, abarcando desde las regiones de O'Higgins hasta Biobío. Además, solo se consideran los cultivos de cereza, arándano y avellano europeo.
El presidente de Fedefruta advierte que la verdadera dimensión de los daños aún no se ha hecho evidente, ya que muchos productores no han podido acceder a sus campos para evaluar los estragos. La situación podría ser aún peor, ya que los daños en cultivos de otras especies, como carozos y uvas de mesa, todavía no se han cuantificado completamente. Valenzuela anticipa que la cifra de 400 millones de dólares seguramente aumentará a medida que se recopile más información sobre el alcance de los daños.
Aunque el impacto en los viñedos no se ha detallado por completo, la Viña Concha y Toro ha indicado que sus instalaciones no han sufrido daños significativos más allá de inundaciones parciales. La viña informa que sus viñedos, actualmente en reposo, no se ven afectados en gran medida por el exceso de agua.
Ante la gravedad de la situación, el presidente de Chile, Gabriel Boric, ha declarado estado de emergencia agrícola para 117 comunas en las áreas afectadas. Esta medida se suma a otras adoptadas por el Gobierno para movilizar recursos en respuesta a la crisis. Se ha declarado Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en las regiones de O'Higgins, Maule, Ñuble y Biobío para agilizar la respuesta a la emergencia.
Hasta el 24 de agosto, las autoridades han reportado más de 41.500 personas aisladas y más de 32.800 evacuadas debido a las condiciones climáticas extremas. Aunque la cifra de fallecidos permanece en tres, más de 33.000 personas han resultado damnificadas debido a la destrucción y daños a viviendas. La industria agrícola ha sido una de las más afectadas, reflejando la magnitud del desafío que enfrenta Chile en medio de esta tormenta devastadora.