Los nuevos contratos para la compra de energía en forma mayorista que ya negocian las industrias con las petroleras y comercializadoras, vienen con aumentos de entre 90% y 100% en el gas en boca de pozo. Y, en consecuencia, significará una suba en las facturas cercana al 70% a partir de los consumos de mayo (que se abonan entre junio y julio).
Esta es la situación en la que se encuentran unas 3000 empresas, entre gigantes fabriles y otras empresas categorizadas como Servicio General P3 (SGP3), que consumen más de 9000 metros cúbicos mensuales de gas natural.
Asimismo, existe preocupación entre los industriales no solo por los precios del gas sino también porque las comercializadoras están avisando que no tienen la garantía de contar con el suficiente fluido disponible para el invierno, y haya cortes en los días más fríos.
Al respecto, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), anticipó que el próximo martes tendrán una reunión con la subsecretaria de Hidrocarburos, Maggie Videla Oporto, para expresar su preocupación, ya que estimó que el aumento de precios finales «no bajará del 15%, por más esfuerzos que hagamos los empresarios para absorber pérdidas».
No solo eso, el GNC, también podría trepar más de 20% en las estaciones de servicio desde mayo, si deciden trasladar a los consumidores la suba en el costo mayorista.
Este cuadro de situación es un efecto de la implementación del Plan Gas, que si bien repercutió en un rápido incremento de la actividad petrolera todavía no alcanza para levantar la producción de gas. En la ronda 1 del Plan Gas.Ar, las productoras se comprometieron a ofrecer un volumen base para todo el año de 67,4 millones de m3/d para la demanda prioritaria.
Las condiciones de la licitación establecían que ese volumen era el 70% del total disponible, por lo que otro 30% debe destinarse a industrias y Gas Natural Comprimido (GNC); es decir, unos 29 MMm3/d extra.
Ese gas natural es el que ahora no está asegurado, entre las dificultades para que crezca la producción (desde que se empieza a perforar un pozo en Vaca Muerta hasta que se extrae el shale gas transcurren unos 6 a 8 meses) y una demanda que las petroleras no esperaban, debido a la mayor actividad que experimenta la industria en conjunto, dado el rebote económico.
«Pero la energía más cara es la que no se tiene», agregan. Y temen que se repitan los cortes de gas en las industrias, como sucedía hace unos 10 años en los días más fríos, lo que obligaría a parar la producción fabril.
Fuente: BCR News