Los cortes de carne más demandados por los argentinos, como el asado y la milanesa, subieron entre un 10% y un 12% en carnicerías y supermercados. Este incremento pone fin a meses de relativa estabilidad en los precios. Sin embargo, la demanda de carne vacuna continúa en caída, alcanzando niveles que no se veían desde 1996, según informó la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA).
En las góndolas, los valores reflejan el impacto directo de las subas: el kilo de carne para milanesas pasó a costar $9.000, mientras que el asado se ubica en $8.000. Otros cortes, como el vacío, el lomo y el peceto, rondan los $9.500, $11.000 y $10.000 respectivamente. Analistas del sector justifican estos aumentos como una "recomposición" tras meses de precios estancados para la hacienda.
Un mercado tensionado por los costos
En el mercado mayorista de Cañuelas, los precios del ganado en pie acompañaron estas subas, pasando de un rango de $2.100-$2.250 por kilo a $2.500 esta semana. Los productores aseguran que este ajuste era inevitable debido al incremento de los costos en los eslabones primarios e industriales de la cadena de producción.
Sin embargo, esta "recomposición" contrasta con la delicada situación del consumo. Según CICCRA, entre enero y octubre de este año, los argentinos consumieron en promedio 47,2 kilos de carne vacuna por habitante al año, un 11,2% menos que en el mismo período de 2023.
El impacto en el consumo y los cambios en la dieta
La histórica caída del consumo responde, en gran medida, a la pérdida del poder adquisitivo. Con los precios actuales, un kilo de carne vacuna equivale a tres kilos de pollo o dos kilos y medio de cerdo, lo que lleva a los consumidores a optar por alternativas más accesibles.
A pesar de esta tendencia, la carne vacuna sigue siendo la preferida por los argentinos. "Si no fuera por los precios, estaríamos en niveles récord de consumo a nivel mundial", señalan expertos. Sin embargo, las preferencias chocan con la realidad económica: incluso en los barrios más acomodados, los consumidores ajustan sus compras a montos específicos o compran únicamente para el día.
Un desafío para toda la cadena
Mientras el Gobierno afirma que la economía muestra signos de recuperación, los eslabones productivos enfrentan tensiones crecientes. Si bien la industria busca ajustar márgenes para cubrir sus costos, los consumidores, golpeados por la inflación y la falta de recomposición salarial, ven cada vez más limitada su capacidad de compra.
El desafío para revertir esta tendencia será lograr un equilibrio entre los costos de producción y los precios al consumidor. En el medio, queda una población que, a pesar de todo, sigue eligiendo la carne vacuna como emblema de la dieta nacional.