El ingreso de divisas de febrero concluyó tal como lo había anticipado Ámbito, muy por debajo de los u$s700 millones.
La mala noticia es que para marzo no se espera una recuperación en el ingreso de dólares del campo, básicamente porque la sequía continúa recortando las proyecciones de cosecha de soja y maíz y mientras tanto los productores que todavía tienen grano del ciclo anterior, prefieren no activar ventas en un contexto de alta brecha entre el dólar oficial y los paralelos.
Según la estadística oficial hasta la semana pasada quedaban por venderse 7,3 millones de toneladas de soja de la campaña 2021/22 y en los últimos siete días solo se vendieron 65.500 toneladas. Un tonelaje irrisorio que no mueve la aguja en el ingreso de divisas y mucho menos en la necesidad de grano que hoy tiene la industria aceitera para moler en sus fábricas.
Las proyecciones más alentadoras detallaban que en marzo podrían ingresar más de u$s2.000 millones en divisas por parte del sector agroexportador, pero esos cálculos ya quedaron desactualizados teniendo en cuenta que el grueso de los dólares de la soja comenzarían a ingresar recién entre fines de abril y comienzos de mayo.
Hacia adelante en el sector también se presenta un futuro más que incierto ya que la menor producción de soja generaría la necesidad de importar más grano de países limítrofes para abastecer a la industria de molienda.
Las primeras proyecciones adelantan que este año Argentina tendría que importar al menos 10 millones de toneladas, complicando así aún más a la balanza comercial.
Lógicamente la industria del crushing buscará mantener sus niveles de producción históricos para cumplir con sus clientes y no perder su posición competitiva en los mercados internacionales, pero ese escenario indefectiblemente complicará la balanza comercial argentina.
El antecedente más próximo a esta situación es el ciclo abril 2018/marzo 2019 cuando se importaron 7,2 millones de toneladas y para este año el USDA ya está anticipando que se deberían comprar del exterior unas 6,2 millones de toneladas, volumen que ya quedó desactualizado con las nuevas mermas productivas.
Otra cuestión clave generada de la sequía es que la falta de precipitaciones también complicar a la industria semillera, un sector pujante y también generador de divisas.
En definitiva, por lo pronto, se estima que este año el recorte en el ingreso de divisas, solo contemplando los complejos agroexportadoras de granos y subproductos puede reducirse en entre u$s10.000 y u$s18.000 millones, respecto al récord de 2022 cuando el campo aportó u$s40.000 millones.
Por Yanina Otero