La situación climática en Texas sigue generando preocupación entre los productores agropecuarios. Por tercer año consecutivo, la región de Trans-Pecos sufre una sequía severa, con precipitaciones escasas y condiciones extremas que aumentan el riesgo de incendios rurales.
Warren Cude, un productor ganadero de tercera generación en Fort Stockton, expresó su preocupación por la falta de lluvias -la última registrada fue en septiembre de 2024- y por los vientos intensos que podrían provocar la caída de líneas eléctricas o incendios por accidentes en la ruta cercana.
"Nuestro mayor temor en este momento son los incendios", declaró. Aunque el pasto es escaso, hay cedros altamente inflamables que representan una amenaza constante.
Para enfrentar el riesgo, Cude implementó cortafuegos estratégicos y adaptó antiguos camiones militares como unidades de ataque rápido contra incendios. "Estamos a 40 millas del pueblo. Si vemos humo, los rancheros actuamos primero, incluso antes que los bomberos", explicó.
En casos extremos, si los vientos superan los 30 o 40 km/h, su plan es abrir alambrados para liberar al ganado y darle alguna chance de supervivencia. "Con ese tipo de viento, es imposible frenar el fuego", lamentó.
Además del manejo del fuego, Cude también trabaja en la eliminación de vegetación no deseada, como los cedros, que no solo son inflamables sino que también consumen gran cantidad de agua. Utiliza helicópteros y maquinaria pesada para liberar espacio y mejorar el crecimiento de los pastos nativos.
"Si eliminamos el exceso de arbustos, nuestras pasturas pueden absorber mejor la humedad cuando llueva", dijo con esperanza.
Sin embargo, el pronóstico a largo plazo no es alentador: temperaturas por encima del promedio y lluvias por debajo de lo normal hasta agosto, según los modelos actuales. El último informe del Drought Monitor indica que el 14% del estado enfrenta condiciones de sequía excepcional (D4), con un 15% en sequía extrema (D3) y un 19% en sequía severa (D2).
El impacto también se siente en la estructura productiva. Cude debió reducir su rodeo a la mitad: de 400 cabezas de ganado y 3.000 ovejas, hoy mantiene apenas el 50%. Esta semana, incluso, vendió hembras que normalmente habría conservado para reposición.
"Siento que estoy resistiendo como puedo", reconoció. "Pero si vuelve la lluvia, no tardamos en recuperar el rodeo".