La soja en Piauí atraviesa un momento crítico debido a la falta de lluvias en febrero y la escasez de precipitaciones en marzo. De acuerdo con la Asociación de Productores de Soja (Aprosoja Piauí), el rendimiento de los cultivos ha sufrido pérdidas significativas, oscilando entre el 25% en las siembras tempranas y más del 50% en los cultivos que aún están en fase de llenado de grano.
"Algunas fincas pasaron más de 45 días sin lluvias significativas, lo que impactó de manera directa en el desarrollo de la soja", explicó Rafael Maschio, director ejecutivo de Aprosoja Piauí. La falta de agua afectó tanto a los cultivos en cosecha como a los que aún no han sido recolectados.
Diferencias en la cosecha según la región
La cosecha de soja en Piauí muestra variaciones significativas según la zona. Mientras que algunas regiones han recolectado entre el 10% y el 15% del área sembrada, en otras ya se ha cosechado entre el 70% y el 80%. En términos generales, el estado presenta un avance promedio del 40% en la recolección.
Según el estudio de Safras & Mercado, la siembra de soja en Piauí para la campaña 2024/25 alcanzará 1,15 millones de hectáreas, un incremento del 5,5% respecto de las 1,09 millones de hectáreas cultivadas en 2023/24.
A pesar de la crisis hídrica, la producción de soja en el estado se estima en 4,6 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 17,8% en comparación con la cosecha 2022/23, cuando se obtuvieron 3,9 millones de toneladas.
El rendimiento medio proyectado para la actual campaña es de 4.020 kg/ha, por encima de los 3.600 kg/ha de la temporada pasada. Sin embargo, estos números podrían verse afectados si persisten las condiciones climáticas adversas en las próximas semanas.
Preocupación en el sector y monitoreo constante
Ante este panorama, los productores de Piauí siguen de cerca la evolución del clima, esperando que las lluvias de marzo puedan revertir parte de las pérdidas. Sin embargo, la incertidumbre sobre la recuperación de los cultivos y la posibilidad de nuevas irregularidades en las precipitaciones genera gran preocupación en el sector.
El impacto de esta sequía no solo compromete la rentabilidad de los productores, sino que también podría repercutir en la oferta de soja a nivel nacional, en un contexto donde Brasil sigue consolidándose como el mayor exportador mundial del grano.