Mientras tanto, las condiciones meteorológicas benefician al turismo en la Costa Atlántica.
El inicio de 2025 ha traído consigo un panorama climático dispar en Argentina. La ausencia de lluvias y el aumento progresivo de las temperaturas en la región central del país han comenzado a generar alarma en el sector agropecuario, poniendo en riesgo la evolución de los cultivos. En contraste, las condiciones meteorológicas actuales son celebradas por quienes eligieron la Costa Atlántica como destino turístico, donde el sol y las temperaturas agradables dominan la escena.
Un centro de alta presión establecido sobre el centro-este del país está generando un fenómeno de bloqueo que restringe la llegada de humedad a amplias zonas productivas de Argentina. Esta situación limita las precipitaciones, que quedan acotadas a sectores puntuales del oeste del país, como el Cuyo y el NOA.
Las proyecciones meteorológicas indican que la falta de lluvias podría extenderse durante toda la primera quincena de enero, agravando el escenario para la actividad agropecuaria en la región central, que ya comienza a sentir los efectos de la sequía.
En contraste, el sector turístico disfruta de un clima favorable en la Costa Atlántica, donde las condiciones meteorológicas se mantienen estables. Cielos despejados, temperaturas agradables y vientos leves de componente norte ofrecen días ideales para vacacionar.
Con temperaturas ligeramente superiores a los promedios históricos y ausencia de lluvias, se anticipa que esta primera quincena de enero será una de las más estables y propicias para los turistas que visitan las costas de Buenos Aires y Río Negro.
Mientras tanto, el panorama es completamente distinto en las regiones del Cuyo y el Noroeste Argentino, donde las lluvias y tormentas son frecuentes, aunque de distribución irregular.
La variabilidad climática en estas zonas es notable: días de intensas precipitaciones alternan con jornadas de altas temperaturas que superan los valores normales para la época. Este patrón plantea desafíos para la agricultura local, aunque las lluvias representan un alivio parcial para algunos sectores productivos.
La marcada diferencia climática entre las regiones de Argentina resalta la complejidad del impacto del clima en distintas actividades económicas. Mientras el turismo en la Costa Atlántica goza de condiciones óptimas, la falta de lluvias y las altas temperaturas en la región central agravan la preocupación en el sector agropecuario. Por su parte, las lluvias en el NOA y el Cuyo traen cierto alivio, pero también desafíos debido a su distribución irregular.