A finales del año pasado el Departamento de Agricultura de Estados Unidos concluyó que la carne vacuna fresca paraguaya se puede importar de manera segura "bajo ciertas condiciones", sobre todo la ausencia de fiebre aftosa.
La reapertura llegaba tras 25 años de suspensión y años de negociaciones arduas.
La resolución de este jueves todavía debe ser aprobada por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, y firmada por el presidente Biden para que entre en vigor.
Fue presentada por el senador demócrata Jon Tester y el republicano Mike Rounds, procedentes de dos estados ganaderos, Montana y Dakota del Sur.
El impacto de levantar la prohibición en Montana es "catastrófico", afirmó Tester en el Senado.
La decisión del Departamento de Agricultura "se basa en un análisis que se completó en 2018 pero los inspectores estadounidenses no han realizado una visita a Paraguay desde 2014", protestó su colega Rounds.
"Estados Unidos no ha tenido un caso de fiebre aftosa desde 1929. Queremos que siga así revocando esta norma hasta que un grupo de trabajo haya tenido la oportunidad de evaluar la amenaza a la seguridad alimentaria y la salud animal que representa la carne vacuna paraguaya con un análisis actualizado", añadió.
El martes la Casa Blanca afirmó no obstante que se ha llevado a cabo una "evaluación científica rigurosa".
En un comunicado, el gobierno añadió que la resolución puede afectar a las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Paraguay.
Tener acceso al mercado estadounidense es "crítico" para Paraguay para recuperar la pérdida en exportaciones a Rusia y "resistir la presión del Partido Comunista Chino", advirtió la Casa Blanca.
Paraguay no puede exportar carne bovina a China por ser el único país sudamericano que reconoce a Taiwán, una isla con gobierno autónomo a la que Pekín considera parte de su territorio.