En un adelanto del próximo Congreso Aapresid "C, elemento de vida", que se realizará en agosto, Esteban Bilbao, asesor de Agroestudio Viento Sur y socio Aapresid, nos acerca una visión sobre el uso de la Inteligencia Artificial en el manejo integrado de malezas y su impacto en el ámbito agrícola.
Hasta hace poco, el uso de sensores de verde estaba limitado al barbecho y en casos muy específicos dentro de los cultivos. Sin embargo, las nuevas tecnologías basadas en cámaras y el desarrollo de IA han dado un paso adelante, permitiendo distinguir entre malezas y cultivos e implementar aplicaciones dirigidas en diferentes escenarios productivos, incluso dentro del cultivo.
Estos dispositivos se instalan en los botalones y escanean el terreno. Gracias a la tecnología de programación y la IA, aprenden en tiempo real y toman la decisión de activar o no los picos de los pulverizadores. De esta manera, la aplicación de herbicidas se realiza solo donde se detectan malezas, reduciendo drásticamente su uso y, por lo tanto, los costos asociados.
En términos económicos, los ahorros pueden llegar a ser de hasta el 70% de los costos, aproximadamente entre 30 a 35 u$s/ha/año. Esto brinda la oportunidad de acceder a moléculas más costosas, lo que favorece la rotación de modos de acción y previene el avance de las resistencias.
Además, el uso reducido de herbicidas implica ventajas ambientales, contribuyendo a una mayor sustentabilidad al reducir el impacto ambiental y la huella de carbono. El índice EIQ, que mide el impacto de la aplicación de fitosanitarios, muestra proporciones similares a los ahorros de costos.
Otro beneficio significativo es la disminución del riesgo de carry over en herbicidas con el enfoque de aplicar solo en una parte de la superficie, lo que también minimiza el apilamiento y la persistencia de estos productos en el suelo.
A pesar de los notables beneficios, la tecnología aún presenta algunos desafíos en canopeos muy cerrados, barbechos cortos o frente a malezas inferiores a 3 cm. No obstante, existen tecnologías intermedias que aplican dosis mínimas en cobertura total y dosis mayores cuando se detectan malezas grandes, lo que ayuda a superar estas limitaciones.
Bilbao resalta que incorporar estas tecnologías a los sistemas agrícolas contribuirá a reducir brechas de rendimiento e impactos ambientales, logrando un equilibrio de producción y un resultado beneficioso para el medio ambiente y la economía. El manejo inteligente de malezas, con el respaldo de la Inteligencia Artificial, abre un horizonte prometedor para el campo, ofreciendo una solución win-win para el sector agrícola.