Este sistema, aplicado en la última campaña, no solo acelera el proceso de registro de datos, sino que también es fundamental para una gestión ganadera más efectiva, permitiendo una trazabilidad completa de la información.
La identificación por radiofrecuencia (RFID) es el corazón de este sistema, compuesto por etiquetas y un lector que comunica información vital sobre cada animal de forma rápida y segura. Según Nicolás Giovannini, especialista en mejoramiento genético animal del INTA Bariloche, este método facilita la captura de datos sobre aspectos clave como la condición corporal y el peso, esenciales para decisiones informadas en el manejo de la alimentación, la sanidad y la reproducción.
El proceso de esquila, que tradicionalmente se lleva a cabo manualmente cada septiembre, se beneficia enormemente de esta tecnología, logrando ser tres veces más rápido y eliminando prácticamente el margen de error humano, el cual se redujo de un 10% a 0% con el uso del RFID.
Esta tecnología no solo implica un avance en la eficiencia y precisión del registro de datos, sino que también promueve el bienestar animal al minimizar la manipulación de los ovinos. Además, el acceso en tiempo real a la información recolectada permite a los productores tomar decisiones inmediatas que impactan positivamente en la sustentabilidad y rentabilidad de sus explotaciones.
Giovannini destaca los beneficios de estos sistemas, que van desde la facilidad de obtención en el mercado hasta su coste variable, dependiendo de si son de industria nacional o importados. Un equipo inicial de lectura de RFID tiene un costo aproximado de 2500 dólares, con caravanas a 2 dólares cada una, que acompañan al animal durante toda su vida.
Este avance representa no solo una mejora en la gestión del ciclo productivo ovino sino también un paso hacia la agroecología y la sustentabilidad, pilares cada vez más importantes en el sector agropecuario moderno.