A pesar de la intervención del gobierno para poner fin a la paralización en los dos mayores ferrocarriles canadienses, los riesgos siguen latentes, según expertos del sector. Más de 20 buques de carga a granel en los puertos de Columbia Británica, o en ruta hacia ellos, podrían verse afectados, ya que las existencias de granos en los puertos son insuficientes para cumplir con lo programado para cargar en las próximas semanas.
Los exportadores canadienses, siendo los mayores productores de canola y uno de los principales transportistas de trigo del mundo, enfrentan posibles multas por demoras en los barcos debido a la falta de suministros. Mike Steenhoek, director ejecutivo de la Coalición de Transporte de Soja de Estados Unidos, advirtió que la situación ferroviaria en Canadá "sigue siendo muy fluida e incierta".
Si estas interrupciones persisten, se podrían cancelar ventas programadas para el otoño, lo que agrava el impacto en las exportaciones canadienses. Wayne Palmer, analista independiente, mencionó que los exportadores podrían intentar declarar fuerza mayor o acumular cargos por demora.
Al 19 de agosto, había 20 buques graneleros anclados o en ruta hacia Vancouver, esperando cargar 638.900 toneladas métricas de canola y 428.200 toneladas de trigo, principalmente con destino a China y varios países de Asia, Sudamérica y África. Sin embargo, las existencias comerciales en Vancouver son mucho menores que los compromisos de carga, lo que subraya la gravedad de la situación.
Este problema podría tener efectos duraderos si no se resuelven rápidamente las disputas laborales en los ferrocarriles canadienses, afectando no solo a la economía del país, sino también a los mercados internacionales dependientes de estas exportaciones.