En la localidad de Toro Yaco, Catamarca, un equipo del INTA y el IPAF NOA trabaja junto a productores para recuperar y potenciar cultivos andinos como maíces, porotos, amarantos, papas y quinuas, con el objetivo de fortalecer la agrobiodiversidad de la región y preservar sus prácticas agrícolas tradicionales.
Este proyecto, que busca adaptar los cultivos al clima semiárido de la Puna, incorpora estrategias innovadoras como la utilización del abono bocashi, una técnica que ha demostrado mejorar los rendimientos y la calidad de los productos.
Toro Yaco, situada a 120 kilómetros de la ciudad de Santa María, Catamarca, presenta condiciones climáticas extremas, con precipitaciones anuales de apenas 120 mm. La principal actividad productiva es la ganadería de bovinos y rumiantes menores, y los espacios agrícolas suelen estar delimitados por pircas de piedra prehispánicas.
El relevamiento realizado por el INTA detectó que en la zona:
Hay baja disponibilidad de diversidad cultivada.
Existe un alto volumen de guano de cabras y ovejas sin uso agrícola.
Las estructuras agrícolas tradicionales están subutilizadas.
Los productores expresaron interés en recuperar semillas de cultivos autóctonos.
La apuesta por el bocashi: mejoras en calidad y producción
Uno de los avances clave del proyecto fue la incorporación del abono bocashi, una mezcla orgánica fermentada que acelera la degradación de la materia orgánica, elimina patógenos y mejora la biodisponibilidad de nutrientes.
El uso de este abono permitió mayores rendimientos y una notable mejora en la calidad de los cultivos, reflejada en el tamaño, color y sanidad de las plantas.
Además, se promovió la recuperación de semillas a través del intercambio con comunidades del NOA, lo que permitió a los agricultores acceder a variedades nativas de papas, amarantos, quinua, porotos y maíces.
Hacia una gestión sustentable del agua
Otro de los ejes fundamentales del proyecto es la gestión del recurso hídrico, esencial en una región de sequías prolongadas y escasa disponibilidad de agua. Para ello, se realizó un mapeo colectivo de las fuentes de agua y sistemas de riego, lo que permitirá elaborar un plan de acción para optimizar su uso en los cultivos.
Un paso hacia la soberanía alimentaria
El trabajo conjunto entre productores y científicos ha permitido multiplicar variedades locales y generar nuevas oportunidades para la agricultura familiar en la Puna catamarqueña.
Con estas estrategias, el INTA y el IPAF NOA buscan fortalecer la resiliencia de los sistemas productivos y fomentar un modelo de producción sustentable, basado en el conocimiento ancestral y la innovación tecnológica.