En el primer semestre, el grupo registró una pérdida de 8.800 millones de dólares en el contexto de la crisis de covid-19. Pero limitó los daños en el segundo semestre con sólo una pérdida de 800 millones de dólares y un retroceso en el volumen de negocios de 8,9%.
Este descalabro histórico se explica sobre todo por la contribución del socio japonés Nissan, del que Renault tiene el 43%: penalizó al grupo francés a la altura de 5.900 millones de dólares.
Por su parte, Renault vio caer sur ventas un 21,3% en un año, con menos de tres millones de vehículos vendidos, en un mercado automovilístico totalmente hundido. Aún así, Renault obtuvo un margen de explotación de 3,5% en el segundo semestre, "una primera etapa de la recuperación del grupo", se congratuló el grupo. "El año 2021 será difícil, con la incertidumbre ligada a las crisis sanitarias y también al suministro de componentes electrónicos", dijo el director general, Luca de Meo, en un comunicado.
Para 2025, Renault espera haber mejorado su rentabilidad.