El consultor y especialista en lechería, Marcos Snyder, sostuvo que la producción lechera argentina se enfrenta a desafíos significativos este año, con una disminución del 1% en la producción en comparación con el año pasado. Esta disminución sorprende, especialmente teniendo en cuenta que hubo casi un 40% menos de lluvia en el país en el último año, lo que afectó gravemente la disponibilidad de maíz, un componente clave en la alimentación de las vacas lecheras.
Para Snyder, el maíz desempeña un papel crucial en la producción lechera argentina, contribuyendo con aproximadamente el 30% de la producción de leche en el país. Sin embargo, la forma en que se administra el suministro de maíz a lo largo del año es una decisión empresarial, y muchos agricultores optaron por sembrar trigo debido a la escasez de maíz. Esto creó una esperanza de que el trigo prosperaría y proporcionaría un volumen adicional de cultivo para ensilar, ayudando a compensar la falta de maíz.
No obstante, aproximadamente la mitad de los cultivos de invierno, incluido el trigo, están experimentando estrés hídrico debido a la falta de lluvia en muchas regiones, lo que afecta negativamente la producción. Mientras algunas áreas como Córdoba experimentan sequías, otras como Navarro, Carmen de Areco y las sierras tienen trigales prometedores. Esta disparidad en las condiciones agrícolas crea un dilema para los productores de leche.
El especialista sostuvo que los productores se enfrentan a la decisión de estirar su suministro de silo de maíz, una tarea que puede lograrse reduciendo la cantidad de vacas que lo consumen, disminuyendo las categorías de animales que lo consumen o buscando suplementos fibrosos alternativos para sustituirlo. Esta decisión también tiene un impacto en el crecimiento y el rendimiento del ganado lechero.
·» Otro factor que complica la situación es la falta de rollos de forraje, como la alfalfa, que se ha destinado a otros usos este año debido a la escasez de maíz. Esto ha llevado a algunas granjas a utilizar sustratos como cáscara de maní o cáscara de arroz para alimentar al ganado, lo que agrega presión a la producción», resalta.
El análisis de la humedad del suelo sugiere que aproximadamente la mitad de los cultivos de invierno están experimentando estrés hídrico, lo que amenaza aún más la producción de alimentos para el ganado.
En resumen, para Snyder se espera que la producción lechera argentina caiga en el segundo semestre del año debido a una combinación de factores, incluida la falta de maíz, el estrés hídrico en los cultivos y la incertidumbre económica. La eliminación de las retenciones a la leche en polvo es una medida que podría aliviar la carga sobre la industria exportadora, pero se necesita una planificación a largo plazo y políticas coherentes para abordar los desafíos estructurales que enfrenta la producción lechera en Argentina.
Para finalizar , remarcó » La cadena láctea argentina se enfrenta a un momento crítico en el que se requiere una mayor colaboración entre la industria, los productores y la cadena de distribución para abordar los desafíos estructurales y encontrar soluciones sostenibles a largo plazo. La falta de políticas coherentes y la volatilidad económica siguen siendo obstáculos significativos en el camino hacia un sector lácteo más estable y próspero en Argentina».