El fenómeno climático conocido como "El Niño" está alcanzando su plenitud en el área agrícola del Cono Sur durante el período 2023/2024. Este fenómeno se caracteriza por una anomalía positiva en las temperaturas del Pacífico Ecuatorial, pero su impacto se ve modificado por una fuerte interferencia de los vientos polares. Esta interacción está provocando excesos hídricos en algunas regiones y déficits en otras, afectando significativamente las actividades agropecuarias.
Variaciones de precipitaciones y sus efectos
Durante la primavera de 2023, los vientos polares, fríos y secos, han limitado el avance de los vientos cálidos y húmedos del trópico, resultando en un patrón desigual de precipitaciones. Se han registrado precipitaciones superiores a lo normal en la cuenca alta y media de los Ríos Paraná y Uruguay, mientras que en el interior y el sur del área agrícola, especialmente en la Región Pampeana, Cuyo, y partes de Uruguay y Paraguay, se han observado lluvias inferiores a lo normal. El NOA y zonas aledañas han experimentado precipitaciones normales o superiores, aunque de manera desigual.
Proyecciones para el Verano 2024
Con la llegada del verano, se espera que "El Niño" domine sobre los vientos polares, mejorando la humedad en el área agrícola y activando las lluvias. Se anticipan lluvias intensas en el centro del NOA, sur de Brasil, gran parte de Uruguay y el sur de la Mesopotamia, con riesgos de desbordes de ríos y arroyos. Sin embargo, aún persistirán áreas con lluvias inferiores a lo normal, especialmente en el norte de Paraguay y zonas limítrofes de Brasil, así como en la región central de Argentina.
Tendencias hacia el Otoño 2024
Al aproximarse el otoño, "El Niño" comenzará a disiparse, y los vientos polares retomarán su influencia, incrementando las zonas con precipitaciones por debajo de la media en Paraguay, Brasil, Uruguay y la Región Pampeana. Por otro lado, el NOA y áreas cercanas podrían enfrentar tormentas severas.
La temporada 2023/2024 se perfila como un período de grandes contrastes regionales, con marcadas anomalías climáticas. Será esencial una planificación cuidadosa y el uso inteligente de la tecnología para superar los desafíos que se presentan. Aunque algunas áreas lograrán adaptarse, otras podrían no alcanzar una recuperación completa, lo que subraya la importancia de una gestión proactiva y adaptativa del sector agropecuario en el contexto de estos cambiantes patrones climáticos.