La cadena soja es un pilar fundamental de la economía argentina: es la cadena agroalimentaria que mayor valor agregado genera, es decir, que más contribuye al PIB argentino; es el complejo que más dólares genera por exportaciones; y una de las que mayor empleo dinamiza en el país. Precisamente, en el último informe de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos se presenta un resumen destacando el desempeño de la cadena en el último año y remarcando el rol que posee en la economía nacional.
1. La cadena agroalimentaria de soja generó 1 de cada 9 empleos agroindustriales y el 2,5% del empleo total en Argentina.
La cadena agroalimentaria de soja generó 404.183 puestos de trabajo, lo que representa el 11,7% del total de empleos generados por todas las cadenas agroalimentarias y el 2,5% del empleo total en Argentina en el tercer trimestre de 2021. Esta estimación comprende a todo régimen de empleo: asalariado registrado, asalariado no registrado y no asalariado (cuentapropista, patrón y trabajador familiar). Además se define a la cadena de soja en su sentido más amplio, incluyendo las etapas de insumos agrícolas y maquinaria, producción agrícola primaria y servicios agrícolas, industrialización, comercialización mayorista y minorista de granos y alimentos en base a soja y almacenamiento, transporte, y servicios relacionados.
La etapa que mayor empleo generó es, por amplio margen, la etapa de producción primaria, con un total de 246.847 puestos de trabajo, equivalente al 61% del empleo total de la cadena. Además, esto representa el 17,1% del total de empleos generados en las cadenas agroalimentarias en la etapa de producción primaria.
En segundo lugar se destaca el nivel de empleo generado en la comercialización de la oleaginosa, etapa que aporta 46.938 puestos de trabajo, lo que equivale al 12% del total en dicha cadena. En tercer lugar, en nivel de empleo generado se ubica la etapa de industrialización con 36.731 puestos de trabajo, lo que equivale al 9% del empleo total de la cadena.
Las etapas de insumos y maquinaria, transporte y almacenamiento, y servicios relacionados en la cadena de soja generaron 35.733, 33.439 y 4.495 puestos respectivamente, lo que representa en conjunto el 18% del empleo generado por la cadena de la oleaginosa.
Desagregando hacia adentro de las principales etapas de la cadena, se puede tener un mejor panorama acerca de dónde está el grueso de los puestos de trabajo que generó en su conjunto.
Considerando, en primer lugar, la etapa de producción primaria de la oleaginosa, de los 246.847 empleos generados en esta fase, el 51% corresponden a la producción primaria propiamente dicha, mientras que el 49% restante corresponden a servicios agrícolas. Dentro de ese total, la actividad que mayor cantidad de empleo forjó fueron los servicios de contratistas de mano de obra agrícola, que representan un 32% del total de empleos asociados a la cadena de la oleaginosa en la etapa de producción primaria.
Siguiendo con la etapa de industrialización de la oleaginosa, se puede apreciar que el 89% de los 36.731 puestos generados en la etapa se corresponden a la llamada 1ra industrialización, que comprende la industria aceitera. Luego, la etapa de la 2da industrialización da cuenta del 11% del empleo restante generado. Hacia adentro de esta categoría podemos observar que la elaboración de alimentos preparados para animales crea el 9% mientras que la fabricación de biodiesel representa el 2% de los empleos.
En cuanto a la etapa de comercialización de soja y productos alimentarios elaborados en base al grano, la comercialización representó el 86% del empleo, con la categoría de ventas al por mayor, en comisión o consignación de oleaginosas excepto semillas representando el 77%. Respecto a la comercialización de derivados (en este caso se entiende por derivados a los productos obtenidos luego del proceso de primera industrialización y los productos obtenidos en las subsiguientes transformaciones industriales), esta categoría concentra el 14% restante del empleo generado en esta etapa, con la venta al por mayor de aceites y subproductos de la molinería siendo la actividad que mayor cantidad de puestos de trabajo generó (7%).
2. El complejo soja genera 1 de cada 3 dólares ingresados al país por exportaciones.
El complejo soja es desde al menos el año 2002 el principal complejo exportador de Argentina. Es decir, año tras año, el principal ingreso de divisas genuinas al país por exportaciones de bienes proviene de los envíos al exterior de los productos de este complejo, y el 2021 no fue la excepción.
En el último año, las exportaciones del complejo alcanzaron US$ 23.719 millones, un récord histórico, y representaron el 30% del total de las exportaciones del país. Es decir que prácticamente 1 de cada 3 dólares que ingresaron al país por exportaciones fueron generados por este complejo.
El principal producto exportado por el complejo fue la harina/pellets de soja, que alcanzó envíos al exterior por US$ 12.107 millones mientras que el aceite fue el segundo y registró exportaciones por US$ 7.708 millones, la mejor marca de la historia. Las exportaciones de poroto totalizaron US$ 2.792 millones y las de biodiesel US$ 1.490 millones. De estos números se desprende la relevancia que posee contar con una fuerte industria aceitera localizada en el país.
Además, un ejercicio interesante para realizar es preguntarse qué hubiera ocurrido si en vez de exportarse productos que provienen de la industrialización de poroto se hubiera exportado directamente la soja en grano. Valuando las toneladas exportadas mensualmente de harina/pellets, aceite y biodiesel al precio promedio de exportación del poroto de soja, obtenemos que éstos hubieran alcanzado un valor de exportación de US$ 18.800 millones, mientras que el valor exportado alcanzado por estos productos fue de US$ 20.700 millones. Es decir que industrializando el poroto de soja en el país permitió generar un valor agregado adicional de casi US$ 2.000 millones a las exportaciones del complejo en el último año.
3. La cadena soja genera $ 3,5 de cada $100 pesos del PIB Argentino
Según un trabajo realizado por Agustín Lódola y Nicolás Picón titualdo "Cadenas de valor agroalimentarias en Argentina", la cadena agroalimentaria de la soja generó en 2020 un valor agregado por $ 777.226 millones, lo que equivale al 3,5% del PIB argentino de ese año. Además, teniendo que, según el mencionado trabajo, las cadenas agroalimentarias generaron un valor agregado por $3.158.081 millones, esta cadena representó el 25% del valor agregado total del sector, lo que la convierte en la principal cadena agroalimentaria del país.
Asimismo, en comparación con años anteriores, la cadena de la oleaginosa incrementó su participación sobre el PIB considerablemente, pasando del 2,05% en 2018 a 3,45% en 2020. Si bien no hay datos para el último año, es probable que los mayores precios de todos los productos del complejo respecto del 2020 hayan generado que la participación del valor agregado de la cadena sobre el total se haya mantenido en un rango similar al del año anterior.
Por otra parte, los autores estiman qué proporción del VAB es generado en cada eslabón de la cadena de valor. En el caso de la soja, se destaca que el 90% del VAB es generado en la producción primaria, mientras que el 8% se genera en la etapa manufacturera o de industrialización y el 2% en la etapa de transporte.