Esta cifra representa un crecimiento del 7,5% o 1,3 millones de hectáreas más que la campaña previa, y sería el mayor incremento de los últimos siete años.
Este aumento sería el segundo más importante de las últimas 17 campañas, solo superado por el ciclo 2009/10, cuando el área sembrada creció casi un 10%. La Guía Estratégica para el Agro (GEA) atribuye este incremento a la amenaza del achaparramiento del maíz, enfermedad provocada por la chicharrita, que ha influido en la decisión de muchos productores de inclinarse por la soja.
Si se concretan estas proyecciones, la producción podría alcanzar entre 52 y 53 millones de toneladas, superando ligeramente los 50 millones cosechados en la campaña 2023/24. Este sería el tercer ciclo consecutivo de expansión en la superficie sembrada de soja, lo que refleja un cambio de tendencia después de ocho campañas consecutivas de caída desde el ciclo 2014/15.