14 Ago 2020
Las exportaciones de nueces producidas en el Alto Valle de Río Negro y la región centro-oeste de Nequén crecerán este año 20 por ciento respecto a 2019, con un total proyectado de 180 toneladas, afirmó hoy la presidenta del Clúster de Frutos Secos de la Norpatagonia, Silvana Moschini.
La directiva empresaria, en diálogo con Télam, dijo que la producción de la actual temporada se realizó bajo estrategias destinadas a combatir el granizo y las heladas que afectan a la región en la temporada invernal.
La producción de frutos secos de la Norpatagonia se extiende desde el Valle Inferior de Río Negro hasta la localidad de Añelo, en el centro-este de Neuquén, sobre un toral de 2800 hectáreas que cuentan desde hace dos años con la cobertura antigranizo brindada por los entes compensadores agropecuarios de cada provincia.
"Es la primera vez que esa cobertura existe en el país", destacó Moschini, para luego señalar que "para el combate de las heladas, se están evaluando los distintos tipos de defensas activas que podrían funcionar mejor en la protección de los almendros".
Dijo que el riego por aspersión funciona bien pero, acotó, se notan diferencias de cuaje de fruto entre el que se hace con aspersión aérea y el que se hace con riego subarbóreo".
En esta zona la producción de frutos secos más importante es la de nogales, que el año pasado logró exportar un total de 150 toneladas a Italia, Uruguay y Turquía.
Los costos de producción dependen del sistema que se implemente, "pero en esta zona estamos alrededor de 1,10 o 1,20 dólares por kilo de nueces, y la rentabilidad que se obtiene desde estos últimos años que se comenzó a exportar es de 2,40 o 2,50 dólares de retorno al productor", detalló Moschini.
En lo que respecta al mercado interno, la dirigente empresario señaló que "tuvo buena demanda y a pesar de la pandemia venimos creciendo".
El objetivo de mediano y corto plazo es "suplir un 60% de almendras que se importan desde Chile y Estados Unidos", remarcó Moschini.
Respecto a la avellana, dijo que se exporta entre un 30 y 40% de la producción y el resto es para consumo interno.
A diferencia de otros cultivos, para Moschini la producción de frutos secos está orientada a ser mecanizada, "en principio se comienza a cosechar de manera manual pero luego de 3 o 4 años los productores se comienzan a equipar y pasan a estar semimecanizados", explicó.
Dentro el clúster patagónico existen productores con experiencias en cultivar pera y manzana que según dijo, "se están reconvirtiendo a producir frutos secos y con la variedad de almendras que existe, a ellos no les cuesta adaptarse y eso es positivo porque no tienen que estar cuidando la floración, de las rigurosidades climáticas".
En comparación con otras provincias productoras de frutos secos, como Catamarca, La Rioja y Mendoza, la región de la norpatagonia "cuenta con un potencial tremendo que todavía no fue explayado, en el que Río Negro y Neuquén vienen con un muy buen ritmo de crecimiento", subrayó la ingeniera.