En un claro acto de descontento, productores agrícolas de España y Francia, agrupados en la Revolta Pagesa, llevaron a cabo cortes de tráfico en más de diez puntos clave en las fronteras de ambos países. Este movimiento, que tuvo lugar el lunes y parte del martes, busca llamar la atención sobre la necesidad de proteger la producción local y potenciar el sector ante las políticas actuales del Parlamento Europeo.
La protesta, coincidiendo con el periodo electoral europeo, vio a cerca de 350 agricultores manifestarse con tractores y a pie, demandando cambios en las políticas comunitarias que, según ellos, perjudican a los productores locales. El portavoz de la Revolta Pagesa, Eduard Escolà, expresó su satisfacción por el impacto de las movilizaciones y la esperanza de que sus demandas sean finalmente atendidas.
De esta colaboración transfronteriza nace la Unión de Asociaciones del Sector Primario Independiente (Unaspi), que busca consolidar la representación gremial de los productores independientes. Esta nueva unión surge como respuesta a la falta de consideración que los gobiernos han mostrado hacia grupos menos representativos, según los manifestantes.
Mientras tanto, el gobierno español ha calificado la protesta de marginal y se ha mostrado reacio a negociar con organizaciones que carecen de representación oficial. Esta posición ha sido un catalizador para que los productores busquen consolidarse y ganar voz en un escenario político que, hasta ahora, ha minimizado su influencia.