El inicio de 2025 llega con una amenaza latente para los consumidores: un aumento sostenido en los precios de los alimentos, acompañado por incertidumbres en el comercio mundial. Según un índice de las Naciones Unidas que mide los costos de las materias primas alimentarias, el año pasado cerró con un aumento del 7% en los precios, marcando la primera alza anual en tres años.
Aunque los efectos en los supermercados suelen retrasarse, este incremento podría presionar aún más los presupuestos de las familias, ya afectadas por años de alta inflación.
El clima impredecible ha sido históricamente una variable clave en los precios agrícolas, pero este año añade una nueva dimensión de riesgo: la posible reactivación de guerras comerciales con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
El presidente entrante ha propuesto imponer aranceles generalizados a las importaciones hacia Estados Unidos, lo que podría desatar tensiones con países como China y Europa. Estas políticas comerciales, de concretarse, tendrían un impacto directo en los flujos globales de alimentos y en los precios de las materias primas.
"Hay mucha incertidumbre y la futura dirección de la política es una de esas incertidumbres", advirtió Monika Tothova, economista de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Tothova señala que los riesgos climáticos, geopolíticos y macroeconómicos serán determinantes en el comportamiento de los precios este año.
Aunque los precios de los alimentos básicos como la carne y los lácteos podrían estabilizarse -salvo brotes significativos de enfermedades animales-, los aceites vegetales y los cereales muestran una tendencia opuesta.
El aceite de palma, en particular, sigue enfrentando una escasez que impulsa los precios al alza, situación que podría mantenerse durante todo el año. Rabobank prevé un déficit de trigo, aunque estima buena disponibilidad de maíz y soja en los mercados internacionales.
En diciembre de 2024, el índice de precios alimentarios de la FAO reflejó una leve disminución respecto al mes anterior, pero aún se encuentra cerca de su nivel más alto desde abril de 2023. Este repunte fue impulsado principalmente por los aceites vegetales, así como por incrementos en productos lácteos y carne.
El comercio internacional de alimentos, ya afectado por tensiones previas, enfrenta un nuevo escenario de incertidumbre. Los analistas de Rabobank, Carlos Mera y Oran van Dort, destacaron que las políticas de la nueva administración estadounidense serán clave para definir el rumbo de 2025.
"Dadas las perspectivas de guerra comercial, los márgenes de los agricultores y procesadores de alimentos se verán presionados en diferentes puntos según los países y las materias primas", advierten en su último informe.
El regreso de Trump y las respuestas de potencias como China y Europa moldearán no solo los mercados, sino también la capacidad de las economías para mantener un suministro alimentario estable.
Mientras el mundo espera claridad sobre las nuevas estrategias comerciales de Estados Unidos, la amenaza de interrupciones en el comercio y un posible aumento de costos alimentarios genera preocupación global. El acceso asequible a alimentos, un tema crítico, se encuentra en el centro de las tensiones políticas y económicas para este 2025.