El objetivo principal del grupo es impulsar el desarrollo del sector semillero nacional, apostando por la calidad, la innovación y la sostenibilidad económica y ambiental.
Integrada por la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales (CSBC), la Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores (CASEM), la Asociación Argentina de Protección de las Obtenciones Vegetales (ArPOV), la Asociación de Laboratorios Privados Agropecuarios (ALAP), la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (CEDASABA), y la Federación de Distribuidores de Insumos Agropecuarios (FeDIA), esta nueva alianza representa a más de 700 empresas semilleras en todo el país.
"Nuestro trabajo abarca desde el mejoramiento vegetal con técnicas de vanguardia hasta la multiplicación y comercialización, tanto en el mercado interno como externo", destacaron los representantes durante la conferencia. Las actividades incluyen semillas para cultivos extensivos, industriales (como algodón, maní y arroz), forrajeros, céspedes, hortícolas y economías regionales como la vid y frutas, influyendo directamente sobre 36 cadenas productivas nacionales.
La cadena semillera actualmente genera alrededor de 35.000 puestos de trabajo directos en Argentina, con personal altamente calificado, destacándose una importante proporción con formación universitaria y de posgrado. Esto no solo contribuye al crecimiento económico, sino también a la generación de identidad local y al desarrollo socioeconómico territorial.
En relación al futuro, los dirigentes señalaron que si Argentina logra estabilizar su macroeconomía, eliminar los derechos de exportación y consolidar un acuerdo con el FMI, podría alcanzar para 2030 una producción récord de más de 200 millones de toneladas de granos sobre unas 40 millones de hectáreas sembradas. Este escenario implicaría un crecimiento del 3% del PBI nacional, generando además USD 40.000 millones extra en divisas por exportaciones y la creación de aproximadamente 870.000 nuevos empleos.
Sin embargo, la presencia masiva de semillas ilegales en el mercado argentino es un desafío significativo que la Cadena Argentina de la Semilla pretende revertir. Esta problemática reduce notablemente la inversión, afectando la productividad y la calidad de la producción. Por este motivo, la alianza anunció que ya trabajan en un plan estratégico hacia 2030, enfocado en aumentar las inversiones en investigación, desarrollo y tecnología para consolidar un comercio de semillas transparente y sostenible.