La participación de las exportaciones argentinas de trigo en el mercado brasileño cayeron 30 puntos porcentuales respecto al año pasado al acaparar el 55% de las compras del gigante sudamericano, como consecuencia de la menor oferta por la sequía y mayor competitividad del cereal rusa, indicó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Según detalló la BCR, la participación del trigo argentino hoy representa el 55% del total de las compras brasileñas del grano, cuando en 2022 alcanzó el 85% el promedio de los últimos cinco años se ubicó por encima del 80%.
Así, 23 de las los 30 puntos porcentuales que nuestro país dejó vacantes fueron ocupados por Rusia y el restante porcentaje por Uruguay.
La principal razón que explica este retroceso responde a la fuerte caída en la oferta argentina del cereal, como consecuencia de la extrema sequía que afectó al país el año pasado que redujo la cosecha en un 46% hasta las 11,5 millones de toneladas.
Teniendo en cuenta que la demanda interna es casi inelástica, ya que hace años que el consumo oscila en las seis millones de toneladas, la disponibilidad del grano para enviar al exterior se vio fuertemente reducida hasta el 24% de la producción total, cuando Argentina solía exportar, al menos, el 50% de su volumen disponible.
"Desde los comienzos de la campaña, las exportaciones de trigo han caído de forma estrepitosa si se tiene en cuenta los valores promedios que se han manejado durante los últimos años. Durante los cuatro primeros meses, se exportaron 6,2 millones de toneladas menos que el promedio y las exportaciones de enero nunca han sido tan bajas desde el año 2014", sostuvo la entidad bursátil rosarina.
Al mismo tiempo, esta baja oferta llevó a que existe una fuerte puja entre el mercado interno y la exportación que hizo que los precios del trigo se mantengan altos, en torno a los US$ 281 la tonelada.
En paralelo, los principales países productores y competidores contaron con elevados niveles de oferta, entre ellos Australia, Canadá y especialmente Rusia.
El gigante euroasiático estaría contando con una producción de 92 millones de toneladas y fuertes ventas por parte de sus productores, lo que originó un precio FOB de la mercadería rusa competitivo "cerrando a comienzos de esta semana en US$ 230, mientras que el FOB argentino tocó los US$ 300 la tonelada", apuntó la BCR.
"Así los precios competitivos rusos y las altas cotizaciones del trigo local le valieron al primero para hacerse un hueco en el principal mercado del cereal argentino. De hecho, el spread entre ambos se expandió casi un 600%, llegando a existir una diferencia entre el trigo argentino y ruso de US$ 154,5 la tonelada.
La brecha se asentó en US$ 75 dentro del período que va desde inicios de la guerra entre Rusia y Ucrania hasta la actualidad", detalló el reporte.