El presidente de Renault, Pablo Sibilla, encabezó el acto del lanzamiento industrial de la nueva pickup cordobesa.
En el año en que la pandemia cubrió al mundo de un manto de pesimismo, Renault Argentina tiene motivos para contrarrestar esa tendencia. La planta cordobesa de Santa Isabel celebra su 65º aniversario y lo festeja con el lanzamiento industrial de su nueva pickup de producción nacional.
En diálogo con Ámbito, el presidente de la automotriz, Pablo Sibilla, calificó como "momento histórico" el presente de la empresa y analizó la situación económica que vive el país.
Periodista: ¿Se puede hacer ya un balance de 2020?
Pablo Sibilla: Sin duda, es un año difícil, pero a nosotros nos encuentra con una doble celebración. El 65º aniversario de Santa Isabel y el acontecimiento industrial tan esperado como la producción de la pickup Alaskan son lo que hace que estemos viviendo un momento histórico.
P.: Con la suma de este modelo a la producción, ¿cuál es la actividad de la planta?
P.S.: Estamos trabajando a un turno completo, lo que nos permitirá fabricar este año unas 33.000 unidades y para 2021 estimamos llegar a 40.000. Además de la nueva pickup, fabricamos los modelos Kangoo, Logan, Sandero y Stepway. Esto nos hace tener una gama muy amplia de vehículos de producción nacional; tanto es así que somos una de las pocas empresas que llegan a tener 45% de sus ventas concentradas en vehículos fabricados en el país.
P.: ¿Cuánto de esa producción se exporta?
P.S.: Alrededor de 20%.
P.: Es un porcentaje bajo respecto a la estrategia generaliza de apuntar más al mercado externo que al interno. Lo habitual es que una terminal venda afuera del país un 70% de lo que fabrica.
P.S.: Sin duda, exportar más es un objetivo nuestro. Estamos trabajando para que la Alaskan se venda en Brasil y otros países de la región, como Chile o Colombia. No puedo confirmar nada ahora, pero es nuestra intención hacerlo. De todas maneras, la posibilidad de exportar está ligada a la competitividad del país.
P.: ¿La Argentina es competitiva?
P.S.: La Argentina no es un país competitivo. Por ejemplo, si nos comparamos con nuestro vecino Brasil, no lo somos. Esto tiene que ver, principalmente, con la presión fiscal. Más del 50% del valor de un auto son impuestos. Somos un país que necesita generar dólares y eso se consigue con exportaciones.
P.: El proyecto de la Alaskan tuvo demoras para su concreción. Finalmente, se logró. ¿Es difícil convencer a la casa matriz de invertir en la Argentina?
P.S.: No es más difícil que cualquier país emergente o volátil. Para una compañía es importante la previsibilidad y que haya reglas de juego claras que se mantengan por años.
P.: Todo lo contrario de lo que sucede acá.
P.S.: Hay variaciones. En nuestras charlas con el Gobierno, tratamos de ponernos en su posición. Por eso no vamos con planteos exagerados.
P.: Por distintos motivos, como la restricción a las importaciones, en el mercado hay desabastecimiento de vehículos. Eso se traduce en fuertes sobreprecios. ¿Es normal que eso suceda?
P.S.: No sé si se puede hablar de sobreprecios. Es un mercado desparejo. De algunos modelos hay stock, otros son más difíciles de conseguir. Se maneja por la oferta y demanda. Una demanda que está recalentada por el dólar blue.
P.: Si hubiera abastecimiento normal de autos, con esta demanda del blue, ¿podrían vender más vehículos?
P.S.: Sí. Podríamos vender entre 10% y 15% más.