La esfera política y digital se vio sacudida recientemente por un enfrentamiento entre referentes cercanos a Javier Milei y el secretario de Agricultura, Fernando Vilella, debido a un gesto de este último en las redes sociales. La controversia comenzó cuando Vilella mostró su apoyo a Martín Lousteau, un crítico del Presidente, con un "me gusta" en uno de sus posteos, acción que no pasó desapercibida para los vigilantes digitales del espacio libertario.
Mariano Pérez, destacado youtuber, y Gordo Dan (Daniel Parisini), influyente tuitero y uno de los canales predilectos de Milei para comunicar y filtrar información, no tardaron en reaccionar. Parisini, en particular, fue directo en su censura a través de Twitter, desencadenando una ola de críticas hacia el funcionario por su gesto de aprobación hacia Lousteau.
En el programa libertario Break Point, Parisini expresó su descontento de manera contundente: "Eché a Vilella que le puso un 'like' a Lousteau". Este incidente reavivó el debate sobre la idoneidad de tener en el Estado a personas que, según los críticos, no alinean completamente con sus principios políticos. "No podés tener tipos así dentro del Estado", sentenciaron en el programa, enfatizando la importancia de la coherencia ideológica dentro de la administración pública.
El comentario de Parisini sobre el 'like' de Vilella no fue menor, interpretándolo como una crítica directa al Presidente: "Era un 'like' de que el Presidente es un delirante", indicó, subrayando la seriedad con la que tomaron el gesto digital.
A pesar de que Vilella se disculpó por su acción, calificándola de un "error" que ya había enmendado y asegurando que nunca lo haría con alguien con quien disiente en casi todo, la discusión resurgió, mostrando las profundas fisuras y la vigilancia constante en el entorno político y digital. La polémica destaca la tensión existente entre la libertad de expresión personal y la lealtad ideológica dentro de los partidos y movimientos políticos.
