El éxito del silaje de maíz depende de una planificación precisa, una ejecución en el momento oportuno y un monitoreo constante de factores que pueden comprometer tanto su rendimiento como su valor nutricional. En la campaña 2023/24, el impacto de patógenos transmitidos por la chicharrita (Dalbulus maidis) y las condiciones climáticas adversas afectaron significativamente la calidad del ensilado. Frente a este escenario, especialistas del INTA Rafaela brindan pautas clave para optimizar el proceso de ensilado y minimizar las pérdidas.
El cultivo de maíz es fundamental para la alimentación animal, representando el 59,9 % de los cultivos ensilados en la última campaña, seguido por el sorgo (10,1 %) y verdeos y pasturas (30 %). Sin embargo, la incidencia del achaparramiento del maíz, provocada por la chicharrita, generó pérdidas en el rendimiento y afectó directamente la calidad del silaje.
Según Ainalén Carassai, especialista del INTA Rafaela, la correcta planificación del ensilado es clave para garantizar la disponibilidad de forraje de alta calidad, impactando positivamente en la rentabilidad y sostenibilidad de los sistemas productivos.
Momento del corte: Realizar el corte en el momento óptimo permite maximizar la eficiencia de los recursos invertidos y reducir las pérdidas de materia seca y energía.
Monitoreo de plagas: Identificar y controlar a tiempo la presencia de chicharritas es esencial para minimizar el impacto del achaparramiento.
Condiciones climáticas: La campaña 2023/24 estuvo influenciada por La Niña, lo que retrasó las siembras y provocó condiciones desfavorables en el período crítico del maíz, afectando su desarrollo.
Fermentación y conservación: Un mal proceso de fermentación se detecta por la presencia de olor putrefacto, calor y desarrollo de hongos, lo que impacta en la salud del ganado.
Para minimizar la presencia de hongos y micotoxinas en los silajes, el INTA recomienda:
Diluir su participación en la dieta: Disminuir la proporción de forraje contaminado en la alimentación del ganado.
Uso de adsorbentes o secuestrantes de micotoxinas: Estos productos ayudan a reducir la toxicidad en el organismo animal y mejorar la seguridad del forraje.
La campaña pasada dejó en evidencia la importancia de un manejo agronómico eficiente y un control constante del cultivo para garantizar un silaje de calidad. Aplicar estas estrategias permitirá optimizar la producción, reducir pérdidas y asegurar un forraje de mayor valor nutricional para la actividad ganadera y lechera.