Un equipo de entomólogos del INTA ha creado el primer Mapa Nacional de Monitoreo de la Chicharrita del Maíz para estudiar los cambios en la densidad relativa de Dalbulus maidis. Este esfuerzo abarca un área de aproximadamente 1,600 kilómetros de norte a sur y 750 kilómetros de oeste a este, proporcionando información crucial sobre la evolución poblacional de esta plaga.
El objetivo principal de este mapa es proporcionar datos actualizados sobre el número de individuos registrados en cada sitio de monitoreo georreferenciado. Esta información permitirá analizar la tendencia de cambio de la densidad poblacional durante el período invernal y principios de primavera, ayudando a estimar el riesgo epidemiológico del insecto vector del achaparramiento del maíz.
Eduardo Trumper, coordinador nacional del Programa de Protección Vegetal del INTA, expresó que "este seguimiento pormenorizado cumple el objetivo de acumular datos, información y conocimiento que permita, en un futuro, estimar el riesgo epidemiológico del insecto vector del achaparramiento del maíz".
Dalbulus maidis es un insecto común en el norte de Argentina, desde Salta y Jujuy hasta el sur de Santiago del Estero, sudoeste de Chaco y norte de Santa Fe. Sin embargo, en la última campaña agrícola (2023/24), la plaga experimentó una explosión demográfica y expansión geográfica inusitada.
Ante esta situación, el INTA ha lanzado un proyecto de investigación para evaluar la problemática del achaparramiento del maíz con un enfoque a corto, mediano y largo plazo. El estudio se centrará en comparar diferentes técnicas de muestreo del vector, analizar la variación temporal y geográfica de su densidad poblacional, y examinar los factores meteorológicos que influyen en su fluctuación.
El análisis de los datos se realizará tanto en tiempo como en espacio, permitiendo observar la variación temporal de la densidad relativa de chicharritas en cada sitio y relacionarla con los regímenes de temperatura correspondientes. Trumper destacó que "al disponer de sitios geográficos fijos, se podrá analizar la variación temporal de la densidad relativa de chicharritas en cada uno de ellos y relacionarlos con la variación de los respectivos regímenes de temperatura".
El seguimiento georreferenciado permitirá describir cómo cambia la densidad de chicharritas en el tiempo y en cada sitio geográfico. "Esta información puede servir al productor como idea de lo que va sucediendo en su área de influencia", indicó Trumper. Además, ayudará a comparar la variación de abundancia de las chicharritas con la variación de la temperatura, la frecuencia, intensidad y duración de las heladas.
Este mapa nacional disminuirá la incertidumbre sobre el riesgo en zonas donde, a partir de cierta fecha en invierno, los muestreos consistentemente arrojen valores negativos (ausencia de chicharritas). Los productores vecinos a los puntos del mapa tendrán un punto de referencia para tomar decisiones de monitoreo, con el correspondiente asesoramiento profesional.
En la elaboración de este primer mapa participan al menos 21 unidades del INTA entre Estaciones Experimentales Agropecuarias (EEA) y Agencias de Extensión Rural (AER) de 11 provincias: Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Córdoba, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Salta, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán.