Mientras que en el norte se esperan tormentas severas con precipitaciones de alta intensidad, algunas zonas del sur del país y el sudeste bonaerense podrían enfrentar heladas debido al avance de una masa de aire polar.
El pronóstico indica que el NOA y el norte del Chaco tendrán temperaturas máximas superiores a 35°C y lluvias intensas, con algunos registros que podrían superar los 200 mm acompañados de granizo. En contraste, el oeste de Cuyo y el noroeste de la región pampeana recibirán escasas precipitaciones, de menos de 10 mm. Esta distribución desigual de lluvias podría impactar de manera diferenciada los cultivos en desarrollo.
Además, el informe advierte que el ingreso de aire frío generará heladas en áreas serranas del oeste y en el sudeste de Buenos Aires, afectando potencialmente la producción agrícola en estas regiones. La combinación de temperaturas extremas y eventos climáticos adversos subraya la importancia de monitorear las condiciones para mitigar posibles daños en las cosechas en curso.
Brasil enfrentará calor extremo y lluvias intensas en el sur, con clima seco en la Amazonia
El informe de Perspectiva Agroclimática de la Bolsa de Cereales revela que Brasil experimentará condiciones climáticas contrastantes en los próximos días. Mientras que el norte y el este del país, incluida la Amazonia y la región del Nordeste, enfrentarán temperaturas superiores a 40°C y precipitaciones escasas, las áreas agrícolas del sur recibirán lluvias intensas que podrían superar los 150 mm en algunas zonas.
Se prevé que el centro y sur del Cerrado, así como la región de Mato Grosso, tendrán tormentas moderadas, con precipitaciones entre 10 y 50 mm. Sin embargo, el fuerte calor dominará en la mayor parte del territorio brasileño, especialmente en áreas agrícolas como Pará, Mato Grosso do Sul y São Paulo, donde las temperaturas podrían superar los 35°C.
El informe también anticipa un leve descenso térmico al finalizar el período, cuando irrumpan vientos del sur que afectarán principalmente a la región Sud y parte del litoral atlántico. Este contraste en las condiciones climáticas podría tener implicaciones significativas para la agricultura en el país, especialmente en cuanto a los cultivos sensibles a la sequía en el norte y los que podrían beneficiarse de las lluvias en el sur.