Según el estudio presentado por el Área de Economía de Coninagro , la miel es una de las economías productivas que se encuentra en estado de "crisis".
Según el estudio presentado por el Área de Economía de la entidad, la miel es una de las economías productivas que se encuentra en estado de "crisis".
Al respecto, el productor agropecuario Carlos Frank, de la Cooperativa apícola San Javier, de la localidad San Javier en Santa Fe, se explayó respecto de su dificultosa realidad como emprendedor en ese sector: "El sector apícola está muy castigado. Creo que de las economías regionales somos de las que estamos más relegadas. En esta región hay familias enteras de apicultores que si se la rebuscan viven; ya sea del fraccionamiento, del menudeo, pero hay mucha competencia de los jarabes", comentó, a lo que agregó que el impacto de las inclemencias climáticas trastoca y distorsiona la actividad.
"Los costos se han elevado mucho. Por combustibles y tiempos, no es lo mismo llegar a buscar colmenas con camioneta y un acoplado que ir hasta las islas donde se produce este tipo de miel, en lancha, trasbordar la mercadería, es muy complejo. En el 2018 sacábamos miel de esa manera pero ahora se complicó todo. El cambio climático influye, además China abarata los costos y productores no solo de Argentina sino incluso de Europa o Estados Unidos ven mermado el valor del producto bruto", se explaya Frank.
Consultado sobre los tipos de miel que producen y si la actividad es sostenible, el productor comentó: "Acá en la zona tenemos problema con las mieles oscuras porque el precio está más bajo que hace 3 años, los rindes en isla, en costa o en montes de algarrobos han sido muy malos. Estamos produciendo 30 kilos de miel por colmena y para poder tener rentabilidad deberíamos producir 100 kilos", ejemplificó y explicó cómo dentro de la misma región, cada ecosistema está impactado de manera específica: "Algo de miel de monte hubo, que comienza habitualmente en agosto/septiembre y se extiende hasta mediados de diciembre, algo se obtuvo pero no como el año pasado. Los fríos tardíos y heladas aletargaron todo. En la zona de costas, hubo miel hasta diciembre, luego las altas temperaturas fueron catastróficas para las plantas, para el pasto, estaba todo prácticamente quemado. Las colmenas se plantaron pero fue un año entre regular y malo. En zona de isla ahora está el rio un poco alto, los arroyos se volvieron innavegables, tomemos en cuenta que la altura llegó a ser de 2,20 metros cuando lo normal es 4,30 metros, fueron 3 años muy malos por la sequía y la falta de niveles de agua en el río. Hubo un año, casualmente fue el de la pandemia, donde pudimos sacar miel, esa miel se vendió a 3,10 dólares, ese fue un buen año, pero ahora es diferente", sostuvo.
"Hoy las mieles oscuras son castigadas en el precio. La miel clara de algarrobo o de alfalfa está en 500 pesos y las mieles oscuras 250/280 y a valor dólar la miel terminado costando prácticamente menos que 1 dólar", reclamó el productor santafesino vinculado a Coninagro.
"El precio hace 3 años era 310 pesos y hoy es 250 o 280 pesos", indicó
Frank, en tanto, ejemplifica cómo se establece el valor del producto: "Históricamente un productor de miel percibía entre 1,80 y 2,20 dólares. Hoy se toma el dólar de Banco Central que es ficticio para nosotros porque los insumos están dolarizados y la miel en dólares bajó un 300%. Inclusive hay productores que dejaron su miel sin cosechar porque el valor que reciben por su producto es insignificante, 250 pesos o 280 pesos a granel, cuando el valor de un tambor nuevo cuesta entre 15 a 18 mil pesos, más un 10% de sala de extracción, ni siquiera llegas a cubrir gastos, a eso hay que sumarle el valor de la cera estampada, alambres, cajones de madera, marcos, entre otros insumos, y todo aumentó a valor dolar blue mientras nosotros cobramos la miel a un valor incluso menor que el dólar oficial. Así, la apicultura no es una actividad", reclamó.
El cooperativismo como barrera de contención
"En nuestra cooperativa Apícola San Javier nos estamos acomodando como podemos. Tenemos un lugar prestado, era una casona vieja y un grupo de apicultores logramos rehabilitarla para la extracción de miel, ahora estamos edificando nuestra propia sala en un Parque Industrial pero se truncó un proyecto denominado PISEAR debido a que nos está pasando que el dinero de créditos que nos han designado para proyectos nuevos financiando el 70% ha demorado más de 8 meses en ejecutarse 2 desembolsos, entonces se complica hacer lo que estaba presupuestado, la devaluación es cada vez peor y no creo que podamos terminar la sala. Así estamos muy desganados. Los apicultores de la zona ya casi no nos juntamos. Todo esto hace perder fuerzas", contó el hombre de 45 años.
"Esta ciudad es muy turística y de la apicultura viven muchas familias. No hay fábricas, en la zona solo hay arroceras, gente que construye techos de paja y empelados públicos. Muchas familias viven de la miel y de la apicultura, y por este momento se ve severamente afectada la economía local y regional".