Aunque más de 62.000 mujeres en México se dedican al cultivo del café, el 90% de ellas no percibe ingresos propios por su trabajo. Así lo advierte un reciente informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que expone la desigualdad estructural que enfrentan las mujeres caficultoras, especialmente en los estados del sur y sureste del país.
Chiapas (31%), Veracruz (26%), Oaxaca (18%) y Puebla (14%) concentran la mayor parte de esta fuerza laboral femenina que, a pesar de participar en todas las etapas de la producción -desde la siembra hasta la cosecha-, trabaja sin reconocimiento económico.
"Las mujeres que dedican su vida al cultivo del café trabajan, pero no necesariamente reciben remuneración. Es una situación escandalosa", afirmó Valeria Moy, directora general del IMCO, durante un conversatorio organizado junto a Starbucks.
Una brecha más profunda
El estudio muestra que muchas caficultoras tienen entre 46 y 55 años y, en su mayoría, no superan el nivel educativo de primaria. Además, un preocupante 5% no cuenta con acceso a servicios de salud, agravando su vulnerabilidad.
En un país que ya arrastra una persistente brecha de género en la economía, las condiciones del sector cafetalero son aún más crudas. Según el IMCO, visibilizar esta situación es clave para comenzar a construir una cadena productiva más equitativa y sostenible.
El desafío de una industria más justa
En el mismo evento, Citlalli Hernández, secretaria de las Mujeres, remarcó que aunque hay avances en la participación económica femenina, aún persisten desigualdades estructurales, incluso en sectores tradicionalmente ocupados por mujeres.
Por su parte, Starbucks México destacó los esfuerzos de la compañía por impulsar la equidad de género en todos sus niveles. El 57% de su fuerza laboral está compuesta por mujeres, lo que también se replica en mandos medios y gerenciales. Además, se implementaron políticas de igualdad salarial y se logró que el 18% de las posiciones operativas hoy estén ocupadas por mujeres.
"Hace seis años no había mujeres en puestos directivos. Hoy sí las hay. Y vamos por más", afirmó Diana González, directora de Recursos Humanos de Starbucks México.
Reconocimiento, inclusión y política pública
La conclusión es contundente: sin políticas públicas que reconozcan y remuneren el trabajo de las caficultoras, no habrá desarrollo sostenible ni igualdad real en el agro mexicano. La inclusión no es solo presencia en el campo; es también dignidad económica, salud y derechos.