Aunque se anticipa una disminución en comparación con 2023, los nuevos datos indican que el declive será menos pronunciado que lo previsto inicialmente a principios de este año.
Según las nuevas cifras, los ingresos agrícolas netos en efectivo caerán en 12.000 millones de dólares, un 7% menos que en 2023. Por otro lado, los ingresos agrícolas netos disminuirán en 6.500 millones de dólares, equivalente a una reducción del 4,4%. Estas proyecciones representan una mejora considerable respecto a las cifras de febrero, que preveían una caída del 26% en los ingresos netos agrícolas.
La economista del USDA-ERS, Carrie Litkowski, explica que la principal causa de la caída de ingresos radica en los precios de las materias primas, y se espera que las ventas disminuyan en 27.700 millones de dólares. Los productos más afectados serán el maíz y la soja, mientras que los productores de trigo podrían enfrentar una caída del 50% en sus ingresos agrícolas netos.
Sin embargo, hay sectores que podrían experimentar mejoras. Las empresas dedicadas a la producción lechera podrían ver un aumento del 47,2% en sus ingresos netos agrícolas, mientras que las especializadas en cerdos y carne vacuna también se beneficiarían con incrementos del 11% y 9,7% respectivamente.
A nivel geográfico, los agricultores de los estados del interior de EE.UU. serán los más afectados, con una caída del 23% en sus ingresos. No obstante, en las regiones de la media luna norte y del borde fértil, se proyectan aumentos de entre el 1% y el 4%, principalmente impulsados por la mejora en los ingresos por la producción lechera.
A pesar de la disminución de ingresos en algunos sectores, el USDA-ERS asegura que el balance del sector agrícola se mantendrá sólido, con ingresos agrícolas netos por encima del promedio de los últimos 20 años.