Previsto para iniciar operaciones a finales de este año, este puerto, de propiedad mayoritaria de la empresa estatal china Cosco Shipping, se espera que sea un catalizador de la actividad comercial entre América del Sur y Asia, potenciando las exportaciones regionales de recursos como cobre y soja.
El puerto no solo proporcionará una puerta de entrada directa para China a una región rica en recursos, sino que también reducirá significativamente el tiempo de viaje para los exportadores, ofreciendo una alternativa al tránsito por el Canal de Panamá. Además, se anticipa que Chancay se convertirá en un centro regional estratégico, tanto para las exportaciones peruanas como para productos de países vecinos como Brasil, que actualmente enfrentan rutas comerciales más largas y costosas.
El interés en el megapuerto no se limita a sus capacidades comerciales. Representa una pieza clave en la expansión de la influencia de China en la región, desafiando la presencia tradicional de Estados Unidos y Europa. Este proyecto es parte de la iniciativa global "la Franja y la Ruta" de China, y su construcción y operaciones están marcadas por una fuerte presencia china en la zona, desde la mano de obra hasta los idiomas en los carteles del sitio.
La primera fase del puerto de Chancay está programada para completarse en noviembre de 2024, coincidiendo con una posible visita del presidente chino, Xi Jinping, para la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Perú. La presencia de Xi podría simbolizar la importancia del puerto dentro de la estrategia geopolítica y comercial de China.
Sin embargo, más allá del desarrollo del puerto, se destaca la necesidad de mejorar la infraestructura regional para garantizar el éxito del proyecto. La Carretera Interoceánica, que conecta Perú con Brasil, es un componente crítico para facilitar el flujo de bienes hacia Chancay. Se subraya que, sin conexiones regionales adecuadas, el potencial del puerto podría no realizarse completamente.
El ascenso de China en América del Sur se ha solidificado, y la región, necesitada de financiamiento y nuevas oportunidades comerciales, ve en proyectos como el megapuerto de Chancay una promesa de desarrollo y crecimiento. Este escenario ha llevado a que América Latina se convierta en un nuevo campo de batalla por recursos críticos como litio, cobre y cereales, con Estados Unidos, Europa y China posicionándose estratégicamente en la región.