Sin embargo, este panorama ha generado preocupación entre los economistas agrícolas, según el Ag Economists' Monthly Monitor de agosto. Más del 50% de los economistas encuestados creen que la agricultura estadounidense ya está en recesión o al borde de una, un cambio significativo en comparación con la situación de hace solo un año.
Scott Brown, director interino del Centro de Análisis de Políticas de Finanzas Rurales y Agrícolas (RaFF) de la Universidad de Missouri, señaló que las lecturas actuales son "algunas de las más pesimistas" desde que comenzaron las encuestas en 2024. El último informe del Monthly Monitor revela que casi el 60% de los economistas creen que la agricultura está al borde de una recesión, y más del 50% ya consideran que la economía agrícola está en recesión.
Los economistas explican que la fuerte caída de los precios y los ingresos en efectivo ha generado presión financiera sobre los productores agrícolas, especialmente aquellos con altos niveles de deuda. Aunque el sector ganadero muestra un panorama menos sombrío debido a los altos precios del ganado, los economistas advierten que la situación general sigue siendo preocupante.
El Servicio de Investigación Económica (ERS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) proyecta que los ingresos agrícolas netos continuarán disminuyendo después de alcanzar niveles récord en 2022. Según el USDA, los ingresos agrícolas netos caerán en $39,8 mil millones (25,5%) en 2024, alcanzando los $116,1 mil millones.
Impacto en los precios de cultivos y ganado
El Monthly Monitor de agosto también exploró los factores que podrían afectar los precios de los cultivos en los próximos seis meses. Los economistas señalaron que el aumento del tamaño de las cosechas, las exportaciones limitadas y el clima en América del Sur serán determinantes. En cuanto al ganado, los economistas mencionaron la demanda más débil y los precios más bajos del maíz como posibles influencias en los precios del ganado en el corto plazo.
A medida que la economía agrícola de EE. UU. enfrenta desafíos significativos, los economistas advierten que factores como el deterioro de la liquidez y la creciente brecha entre los productores agrícolas y ganaderos podrían no estar recibiendo la atención necesaria. Con la inflación y los costos de insumos agrícolas aún elevados, el futuro de la economía agrícola sigue siendo incierto y dependerá en gran medida de las decisiones políticas y económicas en los próximos meses.