"En lugar de incentivos, enfrentamos obstáculos que se suman a los de la macro", dijo el presidente de Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), Pedro Vigneau, durante el evento de fin de año que el sector realizó anoche en la sede de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Además, reclamó "cambiar el modelo de desarrollo económico".
Acompañaron a Vigneau en el discurso que refleja la mirada de las cuatro cadenas de cultivos, el presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), Luis Zubizarreta; el presidente de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo), Miguel Cané, y la máxima autoridad de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), Enrique Moro.
Los cuatro sectores generan la mitad de las exportaciones del país en valor: casi 40.000 millones de dólares el año pasado. También se destacan en la producción de carnes, lácteos y huevos, que alimentan a la población y representan otros 5.000 millones de dólares por exportaciones. "Con los estímulos correctos, esto es fácilmente multiplicable", agregó el titular de la cadena del maíz y sorgo de la Argentina.
El dirigente recordó que hace unos días el mundo alcanzó los 8.000 millones de personas, el doble que hace solo 50 años. Una situación que para el campo y la agroindustria representa un gran desafío para la seguridad alimentaria, la agricultura y el ambiente, que son los ejes de las actuales preocupaciones estratégicas internacionales.
"Dicho brutalmente: es imperioso alimentar a todos sin arruinar el planeta", señaló Vigneau.
En ese sentido, sostuvo que "la Argentina parece estar viendo otra película", ya que consideró que "sigue la inestabilidad macroeconómica, no se puede controlar la inflación que es una de las más altas del mundo, con una insostenible brecha cambiaria, gastando más de lo que ingresa, sin dólares para insumos ni bienes de capital importados, con impuestos distorsivos, sin una estrategia de inserción mundial y con muy pocos acuerdos de libre comercio".
En el terreno de lo estrictamente agropecuario y en un contexto afectado por las condiciones climáticas adversas, Pedro Vigneau precisó que "en lugar de incentivos, enfrentamos obstáculos que se suman a los de la macro: somos el único país de América que aplica impuestos a la exportación; tenemos una Ley de Semillas de hace medio siglo que dificulta el mejoramiento tradicional y el biotecnológico; falta previsibilidad para el desarrollo de los biocombustibles; abundan regulaciones anárquicas sobre fitosanitarios; tenemos recientes problemas con la importación de semillas para los programas de mejoramiento; carecemos de seguros agropecuarios, una red de contención tan necesaria en un año con pérdidas incalculables por la sequía.
En otra parte del discurso y más allá de las críticas, Vigneau planteó un escenario de mediano y largo plazo. "Tenemos ambición y tenemos mérito, que son buenas palabras", dijo, y además comentó que los productores fueron bendecidos con una de las cuencas fotosintéticas más eficientes; estudiaron y aprendieron a manejarla para generar alimentos, energía, moléculas que necesita el mundo. También construyen una bioeconomía sustentable, con el menor impacto ambiental del planeta, porque sostuvo que los productores fueron pioneros en implementar el sistema productivo basado en la siembra directa, hay buenas prácticas agrícolas, y productores jóvenes y altamente formados.
"Esto nos hace sentir bien y nos abre puertas. Queremos seguir aumentando el valor agregado, generar muchos más empleos verdes y arraigo, bioindustrias con desarrollo federal, de una manera que incluya a empresas chicas y grandes, y sobre todo a personas con distinto grado de calificación", agregó. Y al respecto, comentó que "nos ha faltado hasta ahora consensuar visiones y políticas, pero estamos haciendo un buen esfuerzo por generar las instituciones y la representación que necesitamos, como evidencian el Consejo Agroindustrial Argentino y la Fundación Barbechando. Tenemos que estar todos juntos, porque la unión hace la fuerza".
Por último, reclamó que "es imperioso cambiar el modelo de desarrollo económico, salir del ´vivir con lo nuestro´ para insertarnos en el mundo. Podemos ofrecer cada vez más bioproductos sustentables, provenientes de todos los rincones de nuestro territorio. Tenemos las condiciones para jugar el partido y queremos hacerlo".