La situación ha llevado a naciones caribeñas a coordinar una respuesta ante el avance del derrame hacia Venezuela y Granada.
La Agencia de Gestión de Desastres del Caribe, bajo el grupo regional Caricom, activó un plan de contingencia frente a este incidente, cuyos detalles aún son inciertos, incluyendo el origen del derrame, el destino del barco y el propietario.
Las autoridades indican que la mancha de petróleo ya ha alcanzado unos 144 kilómetros en el Mar Caribe, desplazándose a una velocidad de 14 kilómetros por hora. La barcaza involucrada se cree transportaba hasta 35.000 barriles de fueloil, ennegreciendo playas, afectando la vida silvestre y el turismo en Tobago.
Edwin Ramkisson, un pescador de Tobago, expresó su preocupación y la necesidad de ayuda para limpiar su barco y trasladarse a otro puerto, evidenciando el impacto directo sobre la economía local.
El derrame ha forzado el cierre de accesos al océano en varios complejos turísticos y el puerto de cruceros de Scarborough ha sido protegido mediante barreras de contención.
El primer ministro de Trinidad, Keith Rowley, anunció que se está considerando declarar una emergencia de Nivel 3 para obtener asistencia extranjera, mientras se prepara para vaciar el buque en una operación controlada. La nación isleña ha recibido ofertas de ayuda de Brasil y está colaborando con Venezuela para investigar el tipo de petróleo involucrado, a pesar de las afirmaciones venezolanas de que el buque no está relacionado con PDVSA.
Este desastre ambiental subraya la urgencia de una respuesta coordinada y eficaz para mitigar los impactos negativos en el turismo, la pesca y el ecosistema marino del Caribe.