La industria de maquinaria agrícola en EE.UU. enfrenta un escenario complejo, agravado por aranceles impuestos por China, Canadá y México como represalia a las políticas comerciales de Donald Trump.
El impacto se suma a una crisis ya existente en el sector, provocada por la caída de ingresos de los agricultores, el exceso de inventario de equipos usados y el aumento de costos de producción.
"Es la tormenta perfecta", advierte Eric Wareham, vicepresidente de asuntos gubernamentales de la Asociación de Concesionarios de Equipos de Norteamérica.
China responde con aranceles a la maquinaria agrícola
Mientras la administración Trump impuso un 25% de arancel a las importaciones de acero y aluminio y un 10% a productos chinos, Beijing respondió con un arancel del 10% a la maquinaria agrícola estadounidense, incluyendo sembradoras y drones agrícolas.
Según Ron Baumgarten, exasesor comercial de EE.UU., "China está apuntando directamente al sector agrícola estadounidense, una base clave del electorado de Trump".
Este conflicto ya ha tenido consecuencias en el pasado. Durante la guerra comercial de 2018-2020, China redujo drásticamente la compra de soja estadounidense y se inclinó por Brasil. En consecuencia, la superficie sembrada con soja en EE.UU. cayó un 15% y aún no ha logrado recuperar los niveles de 2017.
Baumgarten advierte que si estos aranceles persisten, los mercados afectados podrían buscar otros proveedores y el impacto podría ser irreversible.
El mercado de maquinaria enfrenta aumentos de costos
Los fabricantes de maquinaria no podrán absorber el impacto de los aranceles, lo que elevará los precios de equipos como cosechadoras MacDon y Honey Bee, así como drones agrícolas fabricados en China.
Kip Eideberg, vicepresidente de la Asociación de Fabricantes de Equipos, alerta que los aranceles "no solo afectarán la competitividad de la industria estadounidense, sino que también interrumpirán las cadenas de suministro y aumentarán costos para los agricultores".
La consecuencia directa será que los productores pagarán más por nuevas maquinarias y repuestos, lo que podría generar una caída aún mayor en la demanda.
El mercado de usados toma protagonismo
Frente al aumento de precios en equipos nuevos, el mercado de maquinaria usada se está calentando, con compradores apostando por alternativas más accesibles.
Según Eric Ott, gerente de ventas de maquinaria agrícola en Schrader Real Estate and Auction, los agricultores están prefiriendo invertir en equipos usados bien mantenidos, ya que el efectivo en mano les otorga mayor poder de negociación.
Las ventas de tractores nuevos en EE.UU. cayeron un 15,8% en enero, mientras que las de cosechadoras se desplomaron un 78,9%. En Canadá, el panorama es similar, con una caída del 3,1% en tractores y del 82,9% en cosechadoras.
Impacto en la tecnología agropecuaria
El sector de ag tech también se verá afectado. Craig Rupp, CEO de Sabanto, una empresa de automatización agrícola, advierte que la mayoría de los sensores, cámaras y componentes electrónicos esenciales para la tecnología agrícola provienen de China, lo que podría elevar sus costos de producción.
"Las startups de tecnología agrícola dependen de componentes chinos y estos aranceles las impactarán directamente", señala Rupp.
A largo plazo, algunas empresas podrían desarrollar nuevas cadenas de suministro en países sin aranceles, pero la transición no será inmediata ni sencilla.
El fantasma de la guerra comercial y su impacto en los agricultores
En la guerra comercial de 2018, EE.UU. lanzó el Programa de Facilitación de Mercados (MFP) para compensar a los productores afectados, con pagos por un total de 23.000 millones de dólares en dos años.
Wareham advierte que la historia podría repetirse y que el gobierno tendría que subsidiar a los agricultores para compensar las pérdidas. Sin embargo, los pagos tardarían en llegar y muchos productores podrían enfrentar dificultades financieras antes de recibir ayuda.
La incertidumbre se apodera del sector. "Los agricultores están en una postura de ‘esperar y ver'. Hasta que no haya claridad sobre los precios de los commodities y el impacto de los aranceles, las decisiones de inversión en maquinaria quedarán en suspenso", concluye Wareham.