Un informe técnico elaborado por el INTA, INTI, Maizar y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires confirmó que el maíz producido en Argentina cuenta con una de las huellas de carbono más bajas del mundo. Los resultados del estudio, que evaluó la campaña 2021/22 en 16 regiones productoras, ubican al país en una posición destacada dentro de la agenda de sostenibilidad agroindustrial.
La huella de carbono promedio nacional fue de 1248 kg de CO equivalente por hectárea cosechada y 0,178 kg de COeq por kilo de maíz en tranquera, cifras hasta un 66% inferiores a las de otros países productores como China (0,590), España (0,562), Brasil (0,366), EE.UU. (0,371) y Sudáfrica (0,545).
¿Por qué Argentina logra esta ventaja ambiental?
El informe identifica prácticas agronómicas clave que contribuyen a este desempeño:
- Siembra directa (presente en el 91% del área cultivada)
- Uso eficiente de fertilizantes nitrogenados
- Incorporación de cultivos de cobertura
Cuando se consideran las remociones de gases de efecto invernadero por siembra directa y cultivos de servicio, la huella se reduce aún más a 1097 kg COeq/ha y 0,156 kg COeq/kg.
¿Qué pasa al sumar el transporte al puerto?
El análisis también contempló las emisiones asociadas al transporte y carga en puerto bajo condición FOB. Con ese agregado, la huella se eleva un 15%, alcanzando los 0,204 kg de COeq por kilo de maíz.
Puntos críticos y oportunidades de mejora
El principal factor de emisión es la fertilización nitrogenada, que representa el 35% del total, seguido por:
- Fabricación de fertilizantes (23%)
- Gestión de residuos de cosecha (20%)
- Uso de diésel (11%)
Además, se comprobó una alta correlación (R² = 93%) entre la dosis de nitrógeno aplicada y las emisiones por hectárea, evidenciando un área de ajuste clave para reducir el impacto.
Tecnología y fecha de siembra también influyen
Niveles tecnológicos bajos presentaron huellas un 34% menores al promedio.
El maíz tardío mostró una huella un 3% inferior al temprano, aunque esa relación se invierte al considerar las remociones de carbono.
El estudio muestra una mejora del 22% en las huellas respecto al período 2012-2013, gracias al aumento del rendimiento y la adopción tecnológica.
Ventaja competitiva global
Comparado con bases de datos internacionales como Agri-footprint y EcoInvent, Argentina se posiciona como líder en maíz con baja huella de carbono. Mientras el promedio local fue de 0,178 kg COeq/kg, países como India (0,614) o Vietnam (0,528) mostraron valores significativamente más altos.
"Este diferencial no solo destaca la eficiencia ambiental, sino que también abre oportunidades comerciales en mercados que exigen certificaciones de sostenibilidad", explicaron los autores.
Una herramienta para toda la cadena
Los especialistas subrayan que este trabajo permite:
- Identificar puntos críticos y oportunidades de mejora.
- Comunicar a la sociedad y al mundo una producción ambientalmente responsable.
- Evaluar reducciones de costos y emisiones.
- Generar argumentos sólidos para acceder a mercados premium.
En un contexto internacional donde la sostenibilidad define acuerdos y preferencias comerciales, el maíz argentino se muestra como un actor competitivo no solo por volumen, sino por su huella ambiental positiva. Un activo clave para el agro que viene.