Llegaron tarde, las lluvias de principio de año no fueron suficientes para frenar el daño de los maíces tempranos: la condición de regulares a malos pasaron de un 25% a un 27% en esta semana. En los cuadros regulares las expectativas de rindes son de 60 a 80 qq/ha y alcanzarían con lo justo para cubrir costos de producción, así lo indica el último informe del GEA.
Del resto, hay un 45% en buenas condiciones y un 18 % muy bueno. Los que se encuentran en buen estado tienen techos productivos de 80 a 100 qq/ha. La condición excelente es casi insignificante este año. Los técnicos lo explican diciendo que "en el 2022 no habrá rindes de 140 qq/ha cómo muchos alcanzaron el año pasado".
Sin embargo, en Corral de Bustos comentan que los maíces de septiembre han sobrellevado bastante bien los calores de la semana pasada, "ya que cuentan con algo de efecto napa y tenemos expectativas completas de rinde allí". Las lluvias no aparecen en los pronósticos y hay una seria preocupación de los productores que sembraron maíces en octubre. "Por ahora están bien, vamos a ver como los tratan los calores que se pronostican la semana que viene", dicen en las áreas en las que la fortuna les ha dejado un extra de lluvias de 20 a 40 mm en los primeros días del nuevo año.
Pero en lo que sí coinciden tanto los afortunados como los dejados de lados por el capricho de las lluvias en que se necesitan lluvias urgentes de 50 a 80 mm para que el rinde potencial no siga desplomándose.
La situación más extrema es la los cuadros que aún se encuentran en floración, un 8% del hectareaje maicero: una tasa de crecimiento deficiente (o nula) puede causar desde esterilidad total a un reducido número de granos. La otra semana lo comentaban en Cañada Rosquín; esta semana lo dicen en Cañada de Gómez: "se han picado lotes por los graves daños de estrés termo-hídrico de la semana que pasó".