Los dos principales sindicatos de Francia han pedido el fin de los «bloqueos» y la «vuelta al trabajo», satisfechos de las nuevas promesas del gobierno de Emmanuel Macron, pero advirtiendo «la crisis no ha terminado, esperamos que se concretice» .
A primera hora de la tarde del jueves, Gabril Attal, primer ministro, jefe de Gobierno, hizo nuevas promesas «concretas e inmediatas», por este orden:
-«Ayuda inmediata de 150 millones de euros de apoyo fiscal y social a los ganaderos».
-«Prohibir la importación de frutas y legumbres tratadas con algunos pesticidas». Punto que pudiera afectar a las exportaciones españolas, según varios observadores franceses.
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-«Más de 10.000 controles inmediatos sobre los orígenes nacionales o extranjeros de muchos productos de gran consumo».
-«Refuerzo de la legislación que protege los ingresos de los agricultores en el comercio con las grandes superficies». Punto altamente problemático desde la óptica de las cadenas de híper y supermercados.
-«Exoneraciones fiscales en la transmisión del patrimonio».
A las dos horas cortas de conocerse esas nuevas propuestas gubernamentales, el presidente de la Fédération nationale des syndicats d'exploitants agricoles (Fnsea, primer sindicato francés), Arnaud Rousseau, hizo esta declaración: «Hemos sido entendidos en bastantes puntos esenciales. La crisis no ha terminado. A partir del lunes comenzaremos a intentar concretar todas las promesas, discutiendo con los prefectos, en toda Francia». Los prefectos son los representantes del Estado en los departamentos y regiones.
Roussean matizó el posible fin nacional de la crisis con esta advertencia: «Es evidente que no puede resolverse en un día, ni en una semana, muchos años de crisis y malas políticas. Creemos que el gobierno nos ha comprendido. Vamos a ver cómo se materializan las promesas. De momento, lo esencial será que la vuelta a casa, desde las carreteras y autopistas, se produzca en calma, con paciencia y sin problemas».
Arnaud Gaillot, el presidente de Jeunes Agriculteurs (JA, segundo sindicato nacional), reaccionó en la misma línea, anunciando el fin de las operaciones de «bloqueo» de París, grandes ciudades y autopistas: «Lanzamos una llamamiento a poner fin a las operaciones de bloqueo. Debemos iniciar la vuelta a casa, para pensar en las nuevas acciones que pudiéramos tomar, si el gobierno no respeta sus compromisos».
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Roussean matizó el posible fin nacional de la crisis con esta advertencia: «Es evidente que no puede resolverse en un día, ni en una semana, muchos años de crisis y malas políticas. Creemos que el gobierno nos ha comprendido. Vamos a ver cómo se materializan las promesas. De momento, lo esencial será que la vuelta a casa, desde las carreteras y autopistas, se produzca en calma, con paciencia y sin problemas».
Arnaud Gaillot, el presidente de Jeunes Agriculteurs (JA, segundo sindicato nacional), reaccionó en la misma línea, anunciando el fin de las operaciones de «bloqueo» de París, grandes ciudades y autopistas: «Lanzamos una llamamiento a poner fin a las operaciones de bloqueo. Debemos iniciar la vuelta a casa, para pensar en las nuevas acciones que pudiéramos tomar, si el gobierno no respeta sus compromisos».