Argentina encara el 2025 con signos de estabilización interna tras un 2024 de logros económicos como la reducción sostenida de la inflación y el equilibrio fiscal. Sin embargo, el escenario internacional plantea desafíos significativos, según expertos del mercado. Aspectos como la devaluación del real brasileño, las decisiones de la Reserva Federal (Fed) y los precios internacionales de los commodities serán determinantes en el próximo año.
Un informe de la consultora Outlier destaca que el dólar se encuentra cerca de máximos históricos en términos reales y las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos superan el 4,5%, niveles comparables a los tiempos previos a la crisis de Lehman Brothers. Además, los precios de los commodities agrícolas están en mínimos de las últimas décadas, lo que genera preocupaciones para las economías exportadoras como la argentina.
Felipe Campos, de Max Capital, señaló que el impacto de tarifas de importación en Estados Unidos, el tipo de cambio en Brasil y la evolución económica de China son factores clave. En su análisis, los dos primeros tendrán un efecto directo en las cuentas externas de Argentina, afectando la competitividad y los precios de exportación.
El real brasileño ha acumulado una depreciación del 27% este año, situándose en 6,18 reales por dólar, lo que impacta directamente en el comercio bilateral. Brasil es el destino del 37% de las exportaciones argentinas de manufacturas de origen industrial, y una caída en su economía podría reducir aún más la demanda de productos argentinos.
Pedro Morini, de PPI, advirtió que la depreciación del real abarata los productos brasileños frente a los argentinos, erosionando la competitividad nacional en el mercado regional. Además, el Banco Central de Brasil enfrenta dificultades para contener esta situación, lo que añade presión al comercio exterior argentino.
Las decisiones de la Fed sobre tasas de interés son otro factor crucial. Aunque se espera una baja en 2025, el ritmo será más lento de lo previsto, afectando los costos de financiamiento para países emergentes. La tasa del Tesoro a 10 años ya supera el 4,5%, lo que complica el acceso a crédito internacional para Argentina y otros países de la región.
El precio de la soja, en mínimos desde 2020, plantea un desafío para un sector clave de la economía argentina. Sin embargo, el sector energético ofrece un panorama más alentador: el superávit energético de 2024 superó los 5.000 millones de dólares gracias a los avances en Vaca Muerta, y se espera que en 2025 alcance los 10.000 millones de dólares.
Pedro Morini destacó que, pese a este avance, el precio del crudo, actualmente cerca de 70 dólares por barril, será un factor crítico para consolidar la balanza comercial energética como un pilar de generación de divisas.
El 2025 se perfila como un año de grandes desafíos externos para Argentina, desde la evolución de la economía en Brasil hasta las decisiones de la Fed y los precios de los commodities. En este contexto, la capacidad del país para adaptarse y capitalizar sus sectores estratégicos será clave para enfrentar un escenario global cada vez más incierto.