Los commodities mostraron capacidad de reacción. Sin embargo, el repunte no alcanza aún para consolidar una tendencia, y el escenario general sigue siendo volátil.
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China no solo introducen ruido sobre el volumen de comercio, sino que también generan incertidumbre en las decisiones de siembra y en la dinámica de precios a futuro. A su vez, el factor climático comienza a ganar protagonismo: tanto en el hemisferio norte como en el sur, los pronósticos meteorológicos jugarán un papel clave en las próximas semanas.
Para países exportadores como Argentina, estos movimientos deben leerse con atención. Si bien los precios internacionales aún se mantienen dentro de márgenes razonables, una prolongación del conflicto o eventos climáticos severos podrían alterar los flujos comerciales y, en consecuencia, los ingresos por exportaciones.
En definitiva, los granos lograron escapar, al menos por un día, del pesimismo global. Pero la cautela sigue dominando el ánimo de los mercados, y el agro deberá navegar esta etapa con ojos puestos en lo político, lo climático y lo financiero.