Las recientes lluvias han complicado notablemente la cosecha de soja y maíz en Argentina, retrasando la recolección de ambos cultivos en un 22% respecto a lo normal, según Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral. La situación ha llevado al gobierno a convocar a la mesa de enlace para abordar los desafíos adicionales impuestos por la chicharrita del maíz, un insecto que amenaza con agravar los daños a los cultivos.
En la semana que finalizó el 16 de abril, la cosecha de soja apenas progresó 2 puntos debido a las precipitaciones. Romano señala que aunque el clima seco regresó brevemente, permitiendo un breve avance, las lluvias pronosticadas podrían causar más interrupciones, exacerbando problemas como el brotado y la apertura de vainas que ya están disminuyendo los rendimientos.
La demora en la trilla también ha resultado en menores ventas y un aumento de los precios, ya que las fábricas se ven presionadas por la falta de mercadería. A esto se suma la preocupación por el spiroplasma, transmitido por la chicharrita, aunque este ya parece estar descontado en los precios del mercado.
En lo que respecta al maíz, aunque las precipitaciones benefician el llenado del grano en cultivos tardíos, los daños causados por la chicharrita son difíciles de cuantificar y ya han comenzado a ser notorios. A pesar de las complicaciones, se mantiene la estimación de una producción de 49,5 millones de toneladas, aunque la superficie sembrada podría reducirse el próximo año como medida preventiva contra más plagas.
Romano sugiere que el clima seco reciente ha dado prioridad a la soja sobre el maíz, dado que este último requiere más tiempo para perder el exceso de humedad y tiene mayores costes de secado. Además, alerta sobre más lluvias previstas para esta semana que podrían retrasar aún más las labores agrícolas. Los datos de compras hasta el 10 de abril reflejan un retraso considerable en las ventas a precio, con sólo un 15% vendido en comparación con el 38% habitual para esta época del año.
Finalmente, Romano destaca que la devaluación continua del peso argentino y el retraso en el tipo de cambio en comparación con otras monedas complican aún más el panorama, aumentando la incertidumbre y potencialmente afectando las decisiones de venta de los productores. El experto llama a la vigilancia sobre la evolución de las tasas del Tesoro estadounidense y otras monedas clave, sugiriendo que aunque el dólar libre ha mostrado una leve subida, la brecha sigue siendo baja, lo que refleja una situación económica aún tensa.