Esta situación ha provocado inundaciones en campos agrícolas y complicaciones en la ganadería, dejando a la región en un estado de alerta por las pérdidas productivas que aún están por evaluarse.
La Sociedad Rural de Rosario (SRR) ha reportado que se han registrado más de 350 milímetros de lluvia, causando que los cultivos, próximos a la cosecha, quedaran sumergidos bajo el agua. En el ámbito ganadero, la crecida de los arroyos ha arrastrado animales, impactando directamente en la cría a orillas de estos cursos de agua.
El suelo, saturado de agua, presenta serias dificultades para el pastoreo y el manejo de los establecimientos dedicados a la producción láctea, complicando aún más la situación en el sector agropecuario. La entidad rosarina ha descrito este período como un momento dramático para las zonas rurales, anticipando una probable disminución en la producción agropecuaria.
A pesar de este panorama adverso, las expectativas para la cosecha de soja en la zona núcleo siguen siendo positivas, con una estimación de 600.000 toneladas adicionales, alcanzando un total de 18 millones de toneladas. No obstante, el maíz enfrenta desafíos, incluido el ataque de chicharrita, que ha afectado los rendimientos.
La SRR resalta la inestabilidad climática característica del otoño, una época crucial para completar el perfil de agua en el suelo y preparar el terreno para la próxima cosecha fina y siembra de verdeos y pasturas. Sin embargo, los volúmenes de lluvia recientes, equiparables a la media anual, presentan un desafío adicional para la agricultura y la ganadería de la región.
El sector agropecuario se encuentra en una encrucijada, esperando que el agua baje para determinar con precisión las pérdidas y monitoreando de cerca la situación de la ganadería. La comunidad rural enfrenta tiempos de incertidumbre, con la esperanza de recuperarse de estos eventos climáticos extremos.