Aunque existen señales positivas de reactivación, las políticas fiscales y la apertura de importaciones generan temor en el sector.
Salvador Femenía, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), señaló que las pymes esperan consolidar la recuperación económica tras un año complicado en términos de producción, consumo y empleo. "Estamos viendo que las caídas acumuladas tienden a cero, lo que nos da esperanza de estabilidad para 2025", expresó en diálogo con MDZ Radio.
Sin embargo, la posibilidad de una apertura de importaciones y la carga tributaria elevada son los principales obstáculos que enfrentan las pymes. Aunque el Gobierno nacional ha manifestado su intención de reducir algunos impuestos, como el impuesto PAIS, Femenía advirtió que las empresas extranjeras podrían beneficiarse más que las pymes locales, generando una desventaja competitiva.
"Nos preocupa que no haya una reducción efectiva de impuestos en todos los niveles. Mientras el Gobierno nacional baja algunos tributos, provincias y municipios están aumentando tasas regresivas que afectan gravemente la rentabilidad de las empresas", comentó. Esta presión fiscal, sumada a la incertidumbre económica, dificulta la planificación y expansión del sector.
Otro punto crítico es el estado de la industria de la construcción, que sufrió un golpe severo debido al freno en la obra pública. "La pérdida de empleos en este sector ha sido considerable, y su recuperación sería clave para equilibrar la economía", subrayó Femenía.
A pesar de estos desafíos, las pymes confían en que 2025 pueda marcar el inicio de una etapa más estable, siempre y cuando se implementen políticas que favorezcan la competitividad y alivien las cargas impositivas. Mientras tanto, el sector observa con cautela las decisiones gubernamentales que marcarán el rumbo del próximo año.