El último informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) ha revelado un repunte significativo en las condiciones de humedad en la zona núcleo sojera de Argentina, tras las lluvias que impactaron la región en febrero. Este alivio climático ha elevado las reservas hídricas en muchos lotes que, a finales de enero, se encontraban en condiciones de sequía. Las lluvias, que sumaron más de 50 mm en algunas áreas, fueron claves para mejorar las expectativas sobre la cosecha de soja en 2025, especialmente en provincias clave como Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.
Impacto de las lluvias en la zona núcleo sojera
El cambio más notorio se ha dado en Entre Ríos, donde las precipitaciones casi diarias han permitido que las reservas de agua, que estaban en niveles deficitarios, pasen a ser regulares o incluso óptimas en varias áreas. En el sur de Santa Fe y el sudeste de Córdoba, los lotes afectados por la sequía han experimentado una notable recuperación, mejorando sus condiciones de humedad.
A pesar de las mejoras en muchas zonas de la región, aún persisten áreas afectadas por la falta de lluvias, especialmente en el norte de Buenos Aires, el este de La Pampa, y partes de Santiago del Estero, Chaco y Formosa. Estas zonas continúan bajo alerta por sequía, lo que podría afectar el rendimiento de los cultivos de soja en esas áreas.
Las lluvias y el alivio para 3 millones de hectáreas de soja
El informe de la ORA destaca que, gracias a las precipitaciones de febrero, cerca de 3 millones de hectáreas de soja, que a finales de enero presentaban graves problemas de humedad, se encuentran ahora con una perspectiva mucho más favorable. Las lluvias no solo han aliviado las zonas más afectadas, sino que también han ayudado a mantener el optimismo en la principal región productiva de soja del país.
Según los datos de las estaciones meteorológicas, algunas áreas del sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires, y el sur de Entre Ríos han registrado más de 100 mm de lluvia en las primeras dos semanas de febrero. Este repunte ha sido clave para mejorar las condiciones del cultivo de soja, que ahora muestra una perspectiva mucho más favorable para los productores.
El clima para 2025: sequía y lluvias irregulares continúan marcando el rumbo
A nivel agroclimático, la temporada 2025 sigue marcada por la influencia residual de "La Niña". Aunque este fenómeno frío ha perdido algo de intensidad, los efectos de los vientos polares siguen afectando las condiciones climáticas, generando una mezcla de temperaturas extremas y precipitaciones irregulares.
Se espera que la mayor parte del Cono Sur reciba lluvias dentro de los parámetros normales a lo largo del año, pero en algunas áreas, la sequía persistirá. Las temperaturas también se mantendrán elevadas en muchas regiones, lo que podría generar riesgos para las cosechas si las precipitaciones no son suficientes para mantener las reservas de agua en los suelos.
Si bien las lluvias de febrero han proporcionado un respiro a la zona núcleo sojera, la situación climática sigue siendo incierta. Las zonas que han recibido las precipitaciones se muestran optimistas, pero las áreas con sequía continúan siendo una preocupación clave. Los productores deberán mantener una planificación estratégica para enfrentar los riesgos asociados con las fluctuaciones térmicas y las precipitaciones irregulares.
La temporada 2025 será, sin duda, un año de desafíos para los productores agropecuarios del Cono Sur. La prudencia y la adaptabilidad serán esenciales para hacer frente a las incertidumbres que plantea el clima, mientras las lluvias de febrero ofrecen un rayo de esperanza para muchos.