En una movida significativa para promover la agricultura sustentable en Argentina, Louis Dreyfus Company (LDC), Global Clean Energy Holdings, Inc., y Bayer han anunciado una colaboración estratégica para fomentar el cultivo de camelina, integrándolo en el programa PRO Carbono de Bayer. Este cultivo, conocido por su capacidad de preservar la salud del suelo y utilizado en la producción de biocombustibles avanzados, representa un esfuerzo conjunto para avanzar en la descarbonización de la cadena de suministro agrícola.
La camelina, también conocida como un "cultivo intermediario", se planta en invierno entre los ciclos principales de soja y maíz, contribuyendo a una mejor gestión del suelo y a la diversificación de la producción agrícola. Esta colaboración se alinea con el compromiso de LDC de impulsar prácticas de agricultura regenerativa y apoyar los esfuerzos globales para enfrentar el cambio climático.
Juan José Blanchard, COO del Grupo y Head de Latinoamérica de LDC, destacó la importancia de esta iniciativa: "Estamos comprometidos con la sustentabilidad y creemos firmemente en la necesidad de colaborar con todos los actores de la cadena de valor para lograr una producción agrícola que sea verdaderamente sustentable y benéfica tanto para el planeta como para los productores locales".
Global Clean Energy, por su parte, ha sido un pionero en el desarrollo de la camelina, ofreciendo más de 20 variedades adaptadas tanto para cultivos de primavera como de invierno, lo que ha permitido su expansión a nuevas geografías. Noah Verleun, Presidente y CEO de Global Clean Energy, expresó su entusiasmo por la expansión de esta colaboración en Argentina, destacando que "trabajamos para hacer de la camelina un pilar de la agricultura regenerativa a nivel global".
Bayer, a través de su programa PRO Carbono, busca integrar soluciones sustentables y herramientas digitales para potenciar una agricultura que no solo sea productiva, sino también restauradora de los ecosistemas naturales. Juan Farinati, Presidente y CEO de Bayer Cono Sur, señaló: "Esta colaboración es crucial para avanzar hacia un modelo agrícola que no solo alimente al mundo sino que también proteja el planeta, haciendo uso eficiente de los recursos y reduciendo las emisiones de carbono".
La implementación de la camelina como cultivo de servicio no solo beneficiará la salud del suelo sino que también abrirá nuevas oportunidades económicas para los agricultores argentinos, permitiéndoles participar en mercados emergentes de biocombustibles y otros productos de baja huella de carbono.