Reconocer su temperamento, estructura, estado general, comportamiento, peso, anormalidades en su desplazamiento, pelaje, apetito, etc. son algunos de los primordiales detalles que deben ser para advertidos y evaluados.
El objetivo principal de ese análisis visual, debe ser hallar irregularidades, descubrir cambios, encontrar novedades u otros pormenores si los hay.
Las personas encargadas de su cuidado, deben dominar, distinguir, identificar y percibir esas señales, tanto las normales como las anormales, cuando fijan las miradas en su estructura y comportamiento. Cuando un equino tiene algún dolor, usualmente lo manifiesta de distintas maneras y puede ser considerado por quien está acostumbrado a contemplarlos, facilitará su tratamiento inmediato y ayudarán en su pronóstico.
Los equinos presentan signos de normalidad y anormalidad al fijar la vista en ellos. nos orientan mucho y deben ser valorizados `para conocer su estado de salud. Hay diferencias entre los diferentes sitios que habitan, pero es crucial que sean comprendidos esas señales que está emitiendo. La función de los que los controlan debe ser: interpretar y saber cómo actuar ante toda la variedad de las manifestaciones que esos animales pueden brindarnos.
Cuando observamos caballos que están sueltos en una pastura, además del control de los mismos, debemos revisar el nivel y calidad de los pastos que consumen, el aporte agua en calidad y cantidad suficiente para calmar su sed y la integridad de alambrados y tranqueras, será conveniente para evitar golpes o heridas.
En los caballos que están en el campo debe inspeccionarse la estructura general del conjunto de animales y luego de cada uno en particular: comportamiento, comprobar si presentan actitudes anómalas (aislamiento. no participación de las actividades de ese grupo, decaimiento, cambio de carácter, etc.), posiciones anormales, deterioro del estado general, estimación del peso, estado del pelaje, percepción de cambios en las distintas regiones anatómicas de su cuerpo, inflamaciones, dificultades en el movimiento, alteraciones en la pisada y en el pie, presencia de heridas, secreciones anormales (ojos, ollares, aparato genital, etc.), irregularidades de la materia fecal.
En hembras en reproducción, vigilar: el estado de la preñez y durante las épocas de parición se visualizarán a las parturientas, su posible proximidad del parto, estado de potrillos, eliminación placenta, etc.
Cuando el caballo vive en un box, se establece un contacto diario con la persona que lo atiende, el animal está más examinado individualmente y se lo conoce más, son más notorios los cambios de su estructura corporal y en la forma de comportarse.
Los puntos a observar incluyen: modificaciones en el interior del box, en su cama, comedero, paredes, etc. Se apreciará la apariencia general, cambios en el carácter, pelaje, decaimiento, modificación en el apetito, alteraciones en el ritmo respiratorio y cardiaco, aparición de secreciones diversas y anomalías en la marcha al sacarlo del box.
Son también reconocidos como señales de alteraciones en el equino estabulado: inflamaciones del aparato locomotor (tendones, huesos, articulaciones, etc.), anormalidades en materia fecal y orina, signos de dolor agudo, perturbaciones en el casco y falta de rendimiento en la actividad que realiza.