La molienda de trigo alcanzó en el primer semestre las 3,09 millones de toneladas, y se ubicó como el segundo volumen más alto de la última década, a pesar de la sequía, informó hoy la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
"La campaña triguera 2022/23 claramente se vio afectada por una
histórica, con una caída del 50% en la producción entre años comerciales. Por su parte, las
exportacionesse vieron diezmadas con una caída del 80% en lo que va del actual año comercial", destacó el trabajo de la BCR.
En tanto, agregó que "a nivel de demanda doméstica, se podría decir que la molienda de trigo 2022/23 claramente no se vio afectada"
Así, en los primeros seis meses del año el volumen alcanzado solo se ubicó por debajo de las 3,1 millones de toneladas molidas en mismo período de 2020.
"La razón se encuentra en el hecho de que ante una caída de la producción local se priorizan las necesidades de consumo interno, mientras que la mayor parte del ajuste recae sobre la exportación", explicó la entidad.
Por otro lado, el trabajo también puso de relieve la caída del 33% interanual en la importación de fertilizantes en el primer semestre de cara a la campaña agrícola 2023/24.
"Esto cobra relevancia si se tiene en cuenta que sólo se produce a nivel local el 50% de la urea que se consume, mientras que se importa el total del resto de los productos", marcó la entidad.
Según fuentes locales durante las últimas semanas se frenó la totalidad de las ventas de urea debido a la incertidumbre respecto a la aplicación de nuevos impuestos a las importaciones, que se confirmaron este domingo con el Decreto 377/2023.
En este sentido, el trabajo destacó que "debido a que Argentina todavía se encuentra en época de fertilización para macollaje de trigo, la demanda de urea se mantuvo alta, pero no hubo gran oferta por parte del mercado. Más aún, lo que más preocupa actualmente es la disponibilidad de fertilizantes para lo que será la siembra de maíz de los próximos meses".
Con información de Télam